El tiempo transforma las costumbres de celebrar fiestas y días de guardar. Así en Recogiendo mis pasos, Carlos Saona describe cómo se celebraba el Día de los Difuntos. “El 1 de noviembre era fiesta de guardar, así para civiles como para eclesiásticos. Los que tenían deudos en ultratumba formaban ese día algunos ramilletes y acudían al cementerio a adornar sus bóvedas”.