El terremoto del 2004 en el océano Índico, el del 2010 en Chile, y el del 2015 en Nepal y Chile fueron los antecedentes que llevó a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a usar la tecnología para desarrollar una aplicación orientada para los niños y jóvenes que les permita aprender a cómo responder en caso de desastres naturales.