Si miraste una sola prueba de los Juegos Olímpicos de Rio en la televisión o en tu teléfono celular durante 30 minutos, perteneces a un club de 5.000 millones de consumidores cuya pasión amasó miles de millones de dólares.

Estas son cinco claves para penetrar en los bastidores de la mayor operación audiovisual planetaria y comprender sus mutaciones tecnológicas y económicas en plena revolución digital.

1. ¿Cómo vieron a Bolt?

En Tokio, Bogotá o Los Angeles, saltaron en sus sofás mirando al "Rayo" Usain Bolt ganar los 100 metros. La señal salió de Rio, fue enviada a cuatro satélites y luego al búnker de los Olympic Broadcasting Services (OBS), un apéndice del Comité Olímpico Internacional (COI) que lleva a cabo "la mayor operación de producción audiovisual del mundo". Más de 7.000 especialistas en sonido e imagen con camisetas azules y pantalones ocre trabajan en este Cabo Cañaveral de las estrellas olímpicas. En las inmensas salas de vidrio tapizadas de pantallas, tratan las imágenes filmadas por los 1.200 reporteros televisivos en todos los sitios olímpicos. En total, 7.000 horas de contenidos.

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2. Un negocio de más de 3.500 millones de dólares

Es aquí que hacen sus compras los "right-holders" (cadenas de televisión tradicionales, televisión por cable, por internet), que adquirieron a precio de oro los derechos exclusivos de retransmisiones por país, haciendo zapping de un canal o de un directo al otro. Porque uno no ve los mismos Juegos si es brasileño, chino o jamaicano. Cada país vibra con sus campeones. Y junto a ellos vibra el rating y los ingresos publicitarios.

"Los ingresos de los derechos de transmisión continúan aumentando para cada combinación de Juegos de verano y de invierno. Con Rio, eso representará mas de 3.500 millones de dólares", explicó a la AFP el griego Yiannis Exarchos, presidente de OBS. Con los auspiciantes, es la mayor fuente de ingresos del movimiento olímpico. El COI guarda cerca de un 9%, el resto financia las federaciones internacionales, los comités nacionales, etc. "El mundo del deporte, aparte de algunas raras disciplinas comercialmente muy rentables, tendría muchas dificultades para sobrevivir sin esto", dijo Exarchos.

3. Primeros Juegos "masivamente digitales"

"Los Juegos de Rio son los primeros masivamente digitales de la historia, donde su visualización por internet habrá sido tan importante como en las cadenas de televisión", afirmó el jefe de OBS.

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Al cabo de cuatro días de competencias en Rio, más personas habían visto imágenes filmadas de los Juegos en internet que en todos los Juegos de Londres. "Las cifras definitivas serán verdaderamente enormes", añadió. No solo en términos de cantidad de personas, sino también de tiempo y de cantidad de conexiones gracias a la proliferación de tabletas y teléfonos inteligentes.

Hasta hace poco, las televisiones tradicionales se sentían intimidadas por lo digital, cuya monetización sigue siendo aleatoria. "Pero hoy, la mayoría tiene sus propias plataformas digitales. Y percibimos que llevan al público hacia sus cadenas tradicionales. Lo digital nutre a la TV tradicional y a la inversa", explicó.

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Pero el surgimiento muy agresivo de algunos vehículos, en particular en las redes sociales que modifican completamente el ambiente, representa un riesgo para algunos medios tradicionales, subrayó Exarchos. La distribución de los ingresos evolucionará entre los actores.

4. ¿Las TV-Juegos Olímpicos del futuro?

En los locales de OBS, podemos ya probar de manera experimental los Juegos Olímpicos del futuro.

La cadena japonesa NHK prueba en algunas competiciones la retransmisión en formato 8K, de una definición 16 veces superior a la alta definición actual (HD). En una pantalla de cine, podemos ver la final de los 100 metros con una nitidez increíble, inclusive a dos metros de la pantalla. Da realmente la impresión de que uno se halla dentro del estadio.

En otra sala, uno se coloca unos gruesos lentes blancos de plástico. Un 'smartphone' está encastrado dentro, conectado a una aplicación de realidad virtual alimentada por múltiples cámaras posicionadas en la piscina olímpica. Girando la cabeza, podemos ver a los espectadores sentados a nuestro lado. Si la levantamos, vemos el techo. A la izquierda los nadadores calentando. En el centro los fotógrafos. La imagen aún no es buena. Pero en unos años, podremos viajar a cualquier estadio olímpico del mundo sin salir de nuestra cabaña en Canadá.

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5. Estadios vacíos y gladiadores

¿Quién, entonces, correrá el riesgo de arruinarse pagando boletos de avión, hotel e ingresos? ¿Correrán los atletas en estadios vacíos? Exarchos dice que no, porque nada reemplaza la emoción de vivir lo que está sucediendo. Pero es verdad que las tribunas semi vacías, como las hemos visto a veces en Rio, es lo peor para las cadenas y los anunciantes. "Soy partidario de estadios más pequeños y bien llenos. No estamos más en la época de los gladiadores, donde había que meter a toda Roma en el Circo para los Juegos", concluyó el jefe de OBS.

El Coliseo, hoy en día, es la televisión. (D)