Ágilmente Rosa Peñaranda, de 85 años, anuda los flequillos de hilo que cuelgan en los extremos de un chal que sus compañeras de la Asociación de la Ruta de la Macana tejieron para llevar a una feria auspiciada por el Centro Interamericano de Artes Populares, que se realizó el fin de semana pasado.

La intención fue celebrar el primer aniversario de la declaratoria de la Macana como Patrimonio Cultural de la Nación. Allí este grupo de 12 mujeres, de la comunidad de Bulzhún, perteneciente al cantón Gualaceo, presentaron sus innovaciones. 

“En realidad el chal, paño o chalina, como se conoce a la macana, se tejía hace cientos de años, pero lo tradicional hasta hace una década eran los negros con matices rojos o los blancos con matices negros o azules. Actualmente tenemos una gama de colores, diseños y tamaños”, dice Natalia Vanegas, integrante de la organización.

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Y ahora la macana es parte de otras prendas de vestir e incluso de calzado. Silvia Zeas, quien es diseñadora de modas, se ha puesto como misión rescatar las técnicas ancestrales para, según dice, visibilizarlas y lograr que la gente las aprecie, pero sobre todo que se las use.

Por eso, en su nueva colección fusiona tiras, parches, recortes de macana con hilos gruesos o delgados en ponchos, chompas, sacos y cárdigan (suéteres) de varios colores.

Desde hace varios años, la diseñadora trabaja con José Jiménez, uno de los artesanos representativos de la comunidad de Bulzhún, que elabora este tejido con la técnica conocida como ikat, así como se hacía ancestralmente.

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En la actualidad, Jiménez hace el tejido con diversas texturas, las mismas que Zeas utiliza en sus propuestas de abrigos largos y cortos. Ella también trabaja con Piedad Ulloa, otra tejedora de Bulzhún.

Jhoana Guzmán es otra de las diseñadoras que experimenta esta fusión, de usar texturas tradicionales con telas más contemporáneas. Su propuesta es para hombres, mujeres y niños, Empezó con proponer diseños de artículos complementarios de vestir como carteras y billeteras, pero su colección se extiende a trajes semiformales, de gala y de playa. Para noviembre prepara una nueva oferta.

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Guzmán cuenta que también trabaja con tejedoras de Bulzhún como Gladys Rodas y Carmen Vera, con quienes elabora hasta 50 piezas por mes.

Las dos diseñadoras tienen la expectativa de exportar. Zeas quiere primero incrementar la producción para cumplir con grandes pedidos. Guzmán, en cambio, exportará a Italia desde el próximo año. (F)