Por Sergio Pérez

“La generosidad propia de una maestra de la carrera de Música Contemporánea en la Católica, Jenny Villafuerte cedió el espacio inicial en su concierto del Sánchez Aguilar a Diego Chiang y Cristina Alcívar cantando, y Javier León en un cajón adaptado a la música suavecita y propia con la cual proyectaron la apertura de un show artísticamente importante.

Con una banda compuesta de Carlos Bravo en batería, Javier Jeldes en el bajo, Ricky Chica en teclados y las guitarras de Marcel Ferrer, Rodolfo Peralta y Joshua Abudeye, así como Pablo Cherres en trompeta, Fernando Cherres en el saxo y Antonio Vullafruela en trombón arrancaron siempre con las voces escogidas de Diego Chiang, Carolina Alcívar e Indira Granizo, haciendo coros para tocar Tu luz, de la cantautora más poderosa del medio, Jenny Villafuerte, en una especie de plegaria, amatoria, eufórica inyectando ánimos de volar.

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Quiero, a continuación, como una fuerte balada-rock apoyada en tremendo Lead de guitarra habla de “buscar la luz de este mal sueño” y Mírame, un clásico de Jenny, en ritmo de funk al comienzo, que dice “No es verdad que he sido feliz” expresa el dolor del amor, tema recurrente arropado en hermosa melodía.

En este, un concierto para músicos, no podía faltar el insigne pianista de jazz Francisco Echeverría acompañando No te encontré, quizás lo más singular en la letra de Jenny que dice “Mi soledad no aguanta más estar conmigo” con brillante y devastadora elocuencia.

Quédate (a mi lado) involucró, a toda la banda en una euforia rítmica que transmitía la conmovedora insistencia amorosa emblemática de la obra de Jenny y de su humanismo a toda prueba. Por algo estaban músicos y directores musicales de la talla de Alejandro Cañote y la Vivi Gómez en el público.

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En esa vena trágica cantó Nada me consuela, una especie de himno a la desesperanza con el respaldo de un tremendo Lead guitar y cantando “Me duele que no quiera luchar y que creas en absurdos” en una voz no solamente dramática sino de más sonoridad que antes.

Sagaz, Jenny ofreció En abril, majestuosa y alegre a continuación que dice “Te encontré con tu risa para amarte otra vez”, preciosa y conmovedora melodía que impactó al auditorio.

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No vuelvo a decirte sí, canción protesta de amor, ofreció el torrente de voz único de Jenny y en Dañino los vientos se acomodaron en el escenario ahora sí para ofrecer un sonido de Big Band y Jenny diciendo “Ya no hay a dónde huir, quiero encerrarte entre mis brazos” para finalizar con Invierno, gran hit de balada rock con guitarreo a dúo de Scat-Singing y cantando los estragos del amor. (O)