¿Cuántas veces ha escuchado que un artista no canta sino que es pura producción y equipos? ¿Cuántos cantantes locales e internacionales recurren al playback o sincronización de labios cuando enfrentan al público? Ante esas interrogantes recurrimos a tres productores musicales para definir cuánto pesa el estudio de grabación y cuánto la calidad vocal.

El artista colombiano Andrés Cepeda, quien además es ingeniero de sonido, dice que empezó sus estudios cuando se iniciaba la transición de lo análogo a lo digital y llegaban tecnologías interesantes, que “son herramientas tremendas”, pero deben ser bien utilizadas.

Reconoce que en la actualidad hay aplicaciones y plugins (efectos de audio) que acercan a todos a la oportunidad de hacer música. Y eso es una gran ventaja, sostiene, “pero el hecho de que tengas acceso a esas herramientas no significa que tengas valía, tienes que devolverte a lo inicial, que es una buena canción, si la puedes interpretar, suena bien y está bien grabada. Lo demás lo puedes maquillar, pero finalmente esas cosas tienen su propio peso”, añade.

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Insiste que al final siempre se podrá comparar entre una producción seria, artística y bien hecha con lo superfluo.

“Yo pienso que es bueno aprovechar las herramientas, saberlas usar, pero siempre ser muy fiel a lo que es la expresión que es una canción y ojalá bien cantada”, dice para agregar que cuando se deja todo a “los aparatitos” y en un show fallan, “quedaste desnudo y no pudiste cantar”.

El ecuatoriano Jorge Luis Bohórquez, de Borkis Music Entertainment, coincide en que el show y las tablas desnudan cualquier maquillaje que pueda hacerse en un estudio.

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Sostiene que un buen equipo puede hacer sonar con mejor calidad la voz, pero no suple el sentimiento y las emociones que el artista transmite.

Aunque relieva la calidad vocal, precisa que la interpretación está sobre todo. “Hay gente que cree que usando el afinador en el estudio de grabación va a poder vender muchos discos y está asegurado su éxito, pero eso es absolutamente falso, enfatiza.

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El cubano Lios Chocó, con más de once años de experiencia en producción musical, está radicado en Ecuador, donde tiene el estudio Lios Music. Señala que en lo único que influyen los equipos es en la calidad, pero no desconoce los programas que permiten hacer arreglos, pero no en toda la canción, aclara.

Como ejemplo menciona que cuando va un artista que no tiene presupuesto para coristas se recurre a una configuración que saca la voz principal para crear coros.

Añade que se suele aseverar, erróneamente, que los regguetoneros no cantan cuando usan un equipo llamado audiodum, que aporta una especie de adorno a la voz. Chocó comenta que para usar ese efecto se debe cantar y bien.

“Hay gente que no sabe cantar y aunque tenga millones no va a poder cantar nunca, por mucho equipo que tenga se va a notar que la voz está trabajada”, cuenta e insiste en que un intérprete puede no afinar la voz en una palabra y con un programa se le aporta el tono adecuado, pero no es en toda la canción. (E)

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Hay artistas que no afinan en una palabra o esa palabra no está en tono, entonces existen programas para colocar el tono, pero no es a toda la canción”.Lios Chocó, Productor musical