La Navidad es promocionada en la televisión, en el cine y en otros medios como una fiesta familiar: El padre, la madre y los hijos. En el otro extremo están las familias disfuncionales, aquellas afectadas por separaciones y divorcios que suelen enfrentar conflictos en esta época.

En la víspera de esta fiesta, los padres que atravesaron o pasan por este tipo de cuadros tienen que dejar sus diferencias para propiciar un buen ambiente para sus hijos. Es la recomendación principal de tres especialistas.

“Como no se pudieron entender como pareja, lo que primero va a saltar son las discrepancias que llevaron al fracaso. Y en estas fechas los niños son más vulnerables. Ellos tienen que reflexionar el significado de la Navidad y poder diferenciar entre pareja y familia. Eso se lo tienen que explicar a los hijos, juntos, no por separado y asumir el rol de padre y madre”, indica el psicólogo Jorge Luis Escobar.

Publicidad

Patricio (33) trabaja como asistente contable y hace seis años se divorció. Él cuenta que su exesposa no lo dejaba ver a su pequeño y que tuvo que demandar para exigir las visitas. Asegura que con el diálogo la situación mejoró y que ahora tiene un acuerdo con la madre de su hijo: “Los 24 de diciembre voy a ver a mi hijo a las 12:00 y lo llevo a la casa. Ahí pasa con el hermano (de actual compromiso), intercambiamos regalos, cenamos, él decide qué juguete se lleva”.

Este tipo de acuerdos entre los padres divorciados o separados es importante para que los hijos crezcan sin problemas, refiere el psicólogo Eduardo Santillán.

“(En el diálogo) se deben establecer los privilegios que tendrán los padres y los hijos. Debe haber un equilibrio. Si los hijos van pasar el 24 y 25 de diciembre con la mamá, así será con el papá el 31 y 1 de enero”, dice como ejemplo.

Publicidad

La falta de acuerdos o un clima de discordia en los padres generan en los menores un bajo rendimiento educativo y depresión. De ahí que también se recomienda a los adultos tomar en cuenta la opinión de los hijos, sostiene la psicóloga María de los Ángeles Núñez.

“Dependiendo de la edad de los chicos (a partir de los 6 años), usted puede pedir un criterio de ellos de cómo les gustaría pasar y en qué tiempos”, expresa.

Publicidad

Núñez advierte a los abuelos y familiares cercanos de no influir en la decisión de los padres ni de los niños, porque el cuadro podría empeorar. (F)