Manka (uno), pemanka (dos) y paluka (tres), de esta manera los tsáchilas en su lengua, el tsáfiki o tsáfiqui, dieron inicio a la jornada de juegos ancestrales que realizaron en la comuna Otongo-Mapali, en la que participaron niños, niñas y adultos, divirtiéndose con actividades que por varias décadas no las realizaban.

Xavier Aguavil, gobernador tsáchila, dio la bienvenida y el inicio del encuentro, parte del proyecto del Municipio de Santo Domingo con pueblos y nacionalidades del cantón.

Fueron cerca de diez juegos los que se realizaron en la jornada. José Aguavil, de la comuna El Poste, llegó junto con sus nietos con un trompo hecho de una semilla silvestre llamada “ojo de venado”, atravesada de un pequeño palo de pambil. “Con esto mi papá jugaba cuando era pequeño y ahora le enseño a mis nietos”, dijo.

Publicidad

También se efectuaron juegos para adultos como medir fuerzas con los brazos y lanzar una piedra (similar al lanzamiento de bala). Manuel Aguavil, de Otongo-Mapali, indicó que sus abuelos practicaban este último en dos modalidades: en una se sumergían en los ríos para sacar la piedra, y la segunda, lanzándola lo más lejos posible en una explanada.

Otra de las técnicas ancestrales que fueron adaptadas a un juego fue la tejida del “sere” (trampa, en español). Con finos tallos de paja toquilla los concursantes debían tejer rápidamente esta trampa que aún se usa para pescar en agua dulce.

Las mujeres participaron en la pelada del plátano con la boca y en el de mejor atuendo para una “sona”, mujer en tsáfiki.

Publicidad

José Aguavil, del centro cultural Shuyun, explicó que estaban orgullosos de que la Unesco haya declarado a la marimba patrimonio, pues también es tradicional para ellos. (F)