Encontrar gente con los mismos valores e intereses para compartir el espacio de trabajo no suena fácil, pero en el centro norte de la ciudad el coworking ImpaQto Quito está ganando adeptos.

¿Qué es un coworking? Es un espacio de oficinas compartidas en las que profesionales autónomos, de diferentes ramas, empresarios y, en este caso particular, emprendedores, se dan cita para trabajar.

Ahí los profesionales no necesitan más que una portátil, un teléfono y una conexión a Internet para laborar.

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Y eso fue lo que encontró Nicole Bonilla. Ella trabaja en decoración sustentable con la firma “Deco Warmis”. Lleva aproximadamente cinco meses en el mercado. La venta empezó a través del fan page en Facebook y ahora venden en una galería ubicada en la Floresta (barrio tradicional de la ciudad) y en una tienda online llamada “El Tendedero”.

“ImpaQto Quito es un lugar que lo siento como mi hogar y ver que cada día más emprendimientos crecen es una alegría para toda la comunidad, porque son proyectos que cambian el mundo”, comentó Bonilla.

ImpaQto Quito nació de la mano de Michelle Arévalo y Daniela Peralvo el 21 de marzo del año pasado. Convocaron, de inicio, a 90 personas y llegaron unas 37. Hubo seis meses de reuniones en casa de un amigos hasta finalmente decidieron arrendar un sitio y, poco a poco, fueron creciendo al punto de buscar otro lugar para mudarse el año nuevo.

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Según Arévalo el coworkin es una tendencia mundial. “Ha crecido en 600% en los últimos tres años en Estados Unidos y en Ecuador no hubo uno privado como negocio” y ese fue el punto de partida de ellas.

El aspecto en común, entre sus usuarios, es que la empresa que impulsen debe tener un impacto social y ambiental.

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El centro de emprendimiento abre de 09:00 a 18:00 y la idea de compartir el espacio “está basado en el concepto de economía colaborativa y el hecho de tener un espacio en el cual se pueda producir”.

La membresía más cara ahí cuesta $150 e incluye acceso ilimitado de Internet. Puede llega cualquier día de la semana en las horas de oficina y acceder a cualquiera de los servicios establecidos. Además pueden pagar mes a mes y no requieren firmar un contrato anual.

También existe la facilidad del medio tiempo. Paga $80 y tiene acceso a 20 horas semanales.

Oliva Barros, coordinadora en Quito del emprendimiento “Apps4citizens”, de Barcelona (España), también encontró lo suyo en el sitio. Apps4citizens es una plataforma que busca personas para realizar aplicaciones encaminadas a mejorar la vida de los ciudadanos.

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“Eso ayuda a hacer veedurías ciudadanas”, dijo. Ella “adora” trabajar en ese coworking, en una silla y no en un cubículo. “Converso no con un compañero de trabajo, sino con alguien que emprende un proyecto” y ese es el mayor atractivo que encuentra, pues comparte sus conocimientos sin recelo de que me copie la idea.

“Todo es como muy familiar. Es divertido venir a trabajar”, acotó Barros.

Juan Gómez, cofundador de la microempresa Waykana, dedicada a ofrecer guayusa en hojas y bolsas de té, encontró en ImpaQto Quito su “cuartel de operaciones o campo base” como él lo llama.

En ese centro de trabajo la gente está involucrado en la industria y no solo enfocados en lucrar, sino en brindar un beneficio para la sociedad y ese es el plus que a Gómez le cautivó.

Antes de llegar al coworking él trabajaba en Waykana desde su casa o de las oficinas de su anterior trabajo (era gerente de ventas en línea hasta hace una semana) donde no tenía la privacidad que ahora destaca. (I)

El coworking es una tendencia mundial. Ha crecido en 600% en los últimos tres años en Estados Unidos y en Ecuador no hubo uno privado como negocio.Michelle Arévalo, creadora de ImpaQto Quito