El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, jefe de la Iglesia anglicana, y los dirigentes de otros grupos religiosos de Gran Bretaña advirtieron ayer de que se cruzará “un Rubicón ético” si el Parlamento adopta una ley sobre el derecho a morir para los enfermos en fase terminal.

En una misiva a todos los diputados de la Cámara de los Comunes, el arzobispo de Canterbury y los representantes de las comunidades católica, ortodoxa, judía, musulmana y sij de Gran Bretaña instan a los legisladores a rechazar el proyecto de ley sobre muerte asistida que será debatido el viernes próximo en el Parlamento. Este contempla que enfermos con menos de seis meses de esperanza de vida reciban una dosis mortal de medicamentos.

Según esos responsables religiosos, el proyecto de ley puede socavar el respeto de la ética y de la vida humana, que son la base del código moral y del sistema legal británico.

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El suicidio asistido es legal en Suiza, Holanda, Bélgica, Luxemburgo y en los estados norteamericanos de Vermont, Oregón y Washington. (I)