En Asia Oriental se preguntaron por qué hasta el 90% de adolescentes y jóvenes adultos sufre miopía en la actualidad en China, mientras en Seúl (Corea del Sur) un 96,5% de los chicos de 19 años también lo padecen y en otros países del mundo se ha registrado un aumento de casos.

Esta deficiencia visual generalmente se desarrolla en la edad escolar y en la adolescencia. Lentes y cirugía ayudan a corregirlo, pero no detienen el defecto debajo de ella, que es un ojo alargado ligeramente, que provoca que los rayos de luz no puedan converger directamente en la retina, sino antes de esta y no permite enfocar los objetos más lejanos.

Además, en casos severos, la deformación se puede extender y debilitar partes internas del ojo, según una publicación del sitio abc.es.

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Para encontrar una respuesta ante el aumento de personas que padecen este defecto, los científicos están comenzando a desafiar viejas ideas y barajando hipótesis, basadas en algunos estudios, como que los niños y adolescentes necesitan pasar más tiempo al aire libre.

El consenso científico ha mantenido que la miopía tiene una causa genética, pero esta no podía ser la única.

Seang Mei Saw, de la Universidad Nacional de Singapur, sostiene que debe haber un efecto ambiental responsable de la diferencia generacional que se presenta en la cantidad de casos.

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La luz podría ser ese efecto de acuerdo con un estudio hecho en el 2007, en el que se observó a 500 niños de 8 y 9 años por cinco años. Al final, uno de cada cinco había desarrollado miopía y el único factor asociado con el riesgo era el tiempo pasado al aire libre. Un año después llegaron resultados de un estudio similar hecho a 4.000 niños de Sídney (en primaria y secundaria) por tres años. Ahí también encontraron que quienes pasaron menos tiempo en actividades al aire libre tenían mayor riesgo de tener miopía, aunque siguieran con sus lecturas normales de libros y pantallas.

La principal hipótesis que manejan de estos resultados es que la luz estimula la liberación de dopamina en la retina, que a su vez, bloquea el alargamiento del ojo que se produce en el desarrollo de la miopía.

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De acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Australiana de Canberra, los niños deben pasar unas tres horas al día bajo niveles de luz de 10.000 lux (medida de iluminación), algo que se da al estar debajo de un árbol frondoso, usando gafas de sol, en un día con brillo, en verano. Pero a diferencia de ello, en una oficina o en un aula bien iluminada solo se llega a 500 lux, muy por debajo. (I)