España aporta hoy un toque de ciencia ficción a la 65 edición de la Berlinale con "Sueñan los androides", de Ion de Sosa, una película metafórica que se desarrolla en el futuro, sin abandonar la España actual ni la de los años 70 del siglo pasado.

"Es una película metafórica del asesinato de la clase media en España, del fin del obrero por el maldito trabajo precario", el recorte en derechos y el hecho de que, al ganar menos dinero, haya menos posibilidades de desarrollo, también para las generaciones futuras, explica De Sosa en una entrevista a Efe.

Esta adaptación de la novela "Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", del estadounidense Philip K. Dick, que también sirvió de inspiración a Ridley Scott para rodar "Blade Runner", muestra la ciudad costera de Benidorm habitada por androides, que conviven con humanos, sin distinguirse los unos de los otros.

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Un policía, interpretado por Manuel Marín, da caza a estos androides, que deben ser eliminados.

"Me planteé hacer una cosa inspirada en esa novela, que a la vez tuviese tintes de la España de hoy, que se alejase de algún modo de la película favorita de mucha gente", indica el realizador, en alusión a "Blade Runner".

Así, agrega, la idea era "un poco hacer esa gamberrada de hacer una versión de la película preferida de muchas personas, a la vez que plantear cosas formales y de contenido".

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"Es como para que te insulten", bromea el realizador, quien reconoce que su película, que opta al premio Teddy al cine de temática homosexual (uno de los androides es gay), no tiene nada que ver con la de Scott, a pesar de estar basadas en la misma novela.

Con la intención de que la historia fuera "lo más universal y lo más atemporal posible", De Sosa escogió una ciudad con rascacielos construidos en los años 60 del siglo pasado hasta hoy y también con un aspecto futurista y en la que todavía se paga con pesetas.

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También por eso en la cinta, que se proyecta en la sección Forum dedicada al cine experimental, está rodada en 16 milímetros y en cuadrado, que transporta al espectador a los años 70 del siglo pasado en una historia que transcurre en 2052, señala el director.

La cinta tiene cuatro protagonistas: tres androides, a los que De Sosa ha dado un "carácter humano en su forma de hacer", y un cazador, "que actúa como un robot", es decir, "el humano actúa muy fríamente y los androides de una forma muy familiar", todo en un contexto muy costumbrista.

"Eso precisamente nos gustaba mucho, añadir a la cotidianeidad un elemento extraño y jugar con eso", siempre con este "doble punto de vista", la ciencia ficción y lo natural, precisa.

El cazador de androides tiene como objetivo "un bien material", que es comprarse una oveja, un animal del cual existen ya muy pocos ejemplares a mitad del siglo XXI.

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"Él, para comprarse ese bien material -o animal- necesita un dinero que presuponemos o intuimos gana asesinando a estos seres que en realidad son muy humanos y tienen mucha empatía entre sí", explica.

Marín, que se mete en la piel del cazador, asegura de su personaje que "no es una mala persona", sólo "retira electrodomésticos".

"Es un personaje muy gris desde el primer momento, pensamos que debía ser un personaje totalmente anodino, casi sin atributos. Por eso, lleva siempre la misma ropa encima, el pelo igual (rapado al cero), no tiene ningún rasgo especial, no tiene nada", agrega.

En su forma de ser también debía ser un poco así, señala, "una persona que no es extrovertida, que no es especialmente capaz, más bien normal y, dentro de la normalidad, que se viera que tiene algún tipo de tesitura personal que lo tiene un poco deprimido", a la vez que es un hombre para quien disparar no supone un conflicto.

"Y eso no se demuestra en exclamaciones o en expresiones que tiene él, sino en lo contrario, un poco en la contención. El personaje tiene una tensión reprimida y contenida, y eso es lo que se le intenta dar a base de algunos planos que hay en la película", añade.

Este largometraje de De Sosa, en el que también actúan Moisés Richart, Marta Bassols y Coque Sánchez, celebra hoy su estreno internacional tras pasar por el Festival de Sevilla y continuará después su viaje a otras muestras internacionales.