Todo cambia y nada surge por sí mismo, son bases fundamentales para comprender las milenarias enseñanzas del budismo tibetano, detalla el Lama (maestro) Khenpo Tenzin Rinpoché.

Este monje budista, nacido en Ladakh (India), está de visita en Guayaquil dirigiendo un ciclo de conferencias en el Centro Dharma Drikung Kagyü de la ciudad.

Con una gran sonrisa en su rosto, paciencia y amabilidad, Lama Tenzin, como lo llaman los miembros de la sangha (comunidad budista), responde:

Publicidad

¿Qué es impermanencia?

Significa que todo cambia. La impermanencia está frente a nuestros ojos todo el tiempo. En las estaciones climáticas, por ejemplo, aquí solo hay invierno y verano, pero aún podemos notar el cambio. Donde hay cuatro estaciones se nota más: un día los árboles se llenan de flores y luego estas se caen. En un solo día también se puede notar la impermanencia. El día inicia y acaba, puede estar soleado y luego se nubla, nada es igual todo el tiempo. Nada es concreto.

Así también es la mente. Hoy está feliz y mañana puede no estar feliz. Todo lo que experimentamos con nuestros sentidos es impermanente. Cuando creemos que las cosas o personas que nos rodean son permanentes, son concretos, nos apegamos y sufrimos.

Publicidad

Si aquello que nos rodea no es concreto, ¿qué es?

Es interdependiente. Quiere decir que nada surge por sí solo. Nacemos por interdependencia, de padre y madre. Así mismo, todo lo que nos rodea se forma por la combinación de diferentes factores.

Publicidad

Lo que nos rodea es relativo. Relativo a lo que captan nuestros sentidos, es diferente para cada uno y está condicionado a múltiples factores. Por ello es interdependiente e impermanente.

Desde la perspectiva budista, ¿hay algo permanente?

Se llama iluminación o realización de la mente. La persona que realmente comprende que todos los fenómenos son interdependientes e impermanentes se libera del sufrimiento, del apego, de la muerte. A eso le llamamos: tener una mente clara.

Pensar en que aquello que nos gusta va a cambiar o a desaparecer puede asustarnos, ¿es normal sentir miedo?

Publicidad

Sí, la gente tiene miedo. Pero el cambio es inevitable. Las personas quieren permanencia, que las cosas sigan tal como les gusta, pero si quieren ser felices espiritualmente deben aceptar el cambio. Deben aprender a meditar, a relajar la mente. Comprender que nada es permanente nos da felicidad.

Cuando somos jóvenes tenemos la piel suavecita, pero al envejecer nos arrugamos, eso es normal, hay que aceptarlo. Si llevamos una vida equilibrada podemos tener salud, podemos ser viejitos y tener salud, pero igual vamos a morir. Es normal que las personas sientan miedo, las personas no quieren enfermar, no quieren envejecer, no quieren morir, pero el miedo es apego y el apego es sufrimiento.

¿Cómo se sana el apego?

El apego se sana con sabiduría espiritual. Sin apego ya no tenemos miedo, pánico. Al comprender, al aceptar, que todo cambia y que todo es interdependiente, entonces ya no tenemos a qué apegarnos.

¿Cómo podemos sentirnos bien si las cosas que queremos o nos gustan van a cambiar o a desaparecer?

No debemos confundir la visión budista con el nihilismo (a breves rasgos: corriente filosófica que niega la existencia). La visión budista sostiene que los fenómenos no existen por sí solos, pero sí existen de una forma relativa, por la interdependencia de diferentes factores.

Creer que nada existe es peligroso, las personas pueden caer en un vacío y pensar que la vida no tiene sentido. Comprender que las cosas existen por interdependencia nos hace parte de un todo. Si una persona es iracunda, por ejemplo, se daña a sí mismo y daña a otros; si es amorosa, se beneficia a sí mismo y a otros. No importa la religión de la persona, no importa si es atea, lo que importa es hacer el bien, no dañar a otros seres.

¿Qué podemos hacer para aceptar la impermanencia?

Estar vivos es una bendición. Debemos pensar en positivo, no ser pesimistas. Fomentar los pensamientos positivos todos los días es una buena práctica. Por ejemplo: ir alegres al trabajo, no enojarnos, conservar la calma, ser amables. Lo más importante es la alegría de la vida.

* Si desea más información sobre las actividades del maestro Khenpo Tenzin Rinpoché y del Centro Dharma Drikung Kagyü puede escribir al correo: centrobudistaguayaquil@gmail.com.