Para tres de los cinco hijos de Rob y Paulette Montelone, pasar el verano haciendo surf es mucho más que una actividad divertida. También podría prolongar sus vidas.

Los hermanos Montelone son parte de un número creciente de pacientes de fibrosis quística que aprovechan las ventajas terapéuticas de esta práctica acuática.

Desde que los investigadores determinaron que el agua salada del océano ayuda a despejar la capa de mucosidad que se acumula en los pulmones de los pacientes, se han establecido organizaciones en varias partes del mundo que les ayudan a aprovechar ese beneficio.

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La esperanza de vida para un paciente de fibrosis quística es de unos 40 años, aunque muchos no pasan de la adolescencia. La condición genética, que debe ser heredada de ambos progenitores, afecta a 70.000 personas en el mundo.

No hay cura conocida, pero hace una década, médicos en Australia advirtieron que los pacientes que practicaban surf parecían respirar mejor.