Vea el especial del Óscar 2014

Por Carlos A. Ycaza

Ellen DeGeneres aportó una frescura muy genuina y natural al megaevento que la venerable Academia de Artes y Ciencias de Hollywood transmite en vivo cada año.

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Vestida con un esmoquin retro y estrella de su talk-show, Ellen no solo se mezcló en los asientos con la engalanada audiencia del Teatro Dolby en Los Ángeles, sino que pidió pizzas (cobrándoselas a los consumidores de las primeras filas) y los congregó para una selfie que rompió récords mundiales.

¿Quién no movía los deditos en el cel mientras seguía el show?

El espectáculo estuvo igualmente extenso que en otros años. Tres horas y media en las que es imposible no estar en desacuerdo o celebrar muchos de esos laureles estelares, especialmente cuando uno ya tiene hecha su lista de favoritos.

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Los más de cinco mil miembros de la Academia que eligen a los ganadores rayan la tercera edad o ya están allí y eso se siente en la insistencia anual en congraciarse con el público de EE.UU. por encima de todo.

El mensaje es claro: no hay que cuestionar lo que pueda hacer agrietar los cimientos de la sociedad actual y por eso es mejor tener ausente del escenario a un ‘Lobo de Wall Street’ y ni siquiera hubo el óscar para Leonardo DiCaprio, que era el favorito del público.

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Entonces, no es sorprendente que la película ganadora ‘12 años de esclavitud’ sea la primera cuyo director, un afro-británico, nos haga sentir los horrores de la esclavitud con una crudeza  poco usual. Ojo: todo eso sucedió hace siglo y medio y ha sido dramatizado de mil y una formas.

O el asunto central de ‘Dallas Buyers Club’: la lucha de un enfermo de sida por llevar los medicamentos (ilegales en esos años ) a otras víctimas.  Es también un tema políticamente correcto de años atrás y por eso el premio a Matthew McConaughey (mejor actor) y a un melenudo Jared Leto (mejor actor secundario) que hacía de transgénero en ‘Dallas...’ y que hizo el discurso más emotivo y aterrizado esa noche: "Este premio es para los soñadores de todo el mundo, especialmente los de Ucrania y Venezuela".

Ni las atinadas palabras de la australiana Cate Blanchett (mejor actriz por  ‘Blue Jasmine’ de Woody Allen) capturaron las emociones del momento actual como las de este joven actor.

En sus esmóquines de varios tonos y diseños, Ellen revoloteaba airosamente, aligerando algunas de las contradicciones que este evento nos trae cada año. ‘Gravity’ se llevó merecidamente la mayor cantidad de premios, incluido el de mejor director a Alfonso Cuarón. Otra injustísima incongruencia de los  Óscar: premiar a un director y no darle el galardón a su película.

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Y el error más imperdonable: premiar a ‘La Gran Belleza’ (mejor película extranjera), única obra maestra de entre todas las cintas nominadas y no mencionar el nombre del director Paolo Sorrentino.

Hubo un bello homenaje a la magia del cine musical de antaño con escenas de ‘El Mago de Oz’, con la presencia de la cantante Pink interpretando ‘Somewhere over the rainbow’. Esa nostalgia en medio del sardónico humor y el contenido de algunas de las películas premiadas es casi surrealista.

¿Arcoíris aquí? ¿Esclavitud, sida, Wall Street? Claro, todo esto es un show en el que Hollywood celebra primero lo suyo. Que no siempre es lo nuestro, aunque la taquilla mundial diga lo contrario.