Jorge Mateus nació en Riobamba y desde los 18 años reside en Quito. Es profesor en la Facultad de Arte de la Universidad Central del Ecuador y pertenece a las primeras generaciones de actores, “cuando en Ecuador se estrenaban dos obras al año”, recuerda Mateus, quien hace poco presentó, en la capital, la obra teatral Memorias de terciopelo.

“Es un unipersonal. Está amparado bajo el nombre de El pasajero de la lluvia, que es la agrupación que estoy intentando crear para desarrollar nuevos proyectos. Interpreto a cinco o seis personajes, además de ser yo mismo en escena”, refiere el actor.

¿Cómo maneja el tiempo en el escenario para que el público se mantenga cautivado con tantos personajes en uno?
Eso es muy difícil de explicar porque eso es a través de impulsos. Cuando uno ensaya se da su tiempo para ir de un personaje a otro, pero en escena es un impulso que obliga a cambiar de vestuario y de personaje.

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De los personajes, ¿cuál es el principal?
No existe uno principal porque de alguna manera sería yo mismo, pues cuento una serie de experiencias personales mías y a partir de eso interpreto a los personajes históricos del teatro que son muy intensos.

¿Qué es lo primero que hace el actor cuando llega al teatro?
Depende de las circunstancias. Si existe tiempo se puede hacer una preparación física y emocional antes de entrar en escena. Para mí lo ideal es tener al menos tres horas. En la primera acomodo cosas y en las otras dos: una de trabajo físico y otra de preparación emocional, hasta llegar a la situación anímica que el personaje necesita.

¿En qué escenario se prepara?
La ausencia de espacios teatrales en el país te obliga a estar constantemente viviendo el personaje, estarlo viviendo y pensando a diario. Lo trabajas en el bus con una serie de imágenes que te ayudan luego en la presentación. Existe mucha oferta teatral pero la demanda del público sigue siendo pequeña; no es muy masivo.

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¿De qué vive un actor de teatro?
Desde mi punto de vista, combinar la docencia con la práctica actoral. El público debe entender que ser actor es una profesión –y tan importante– como cualquier otra, en donde no necesariamente recupera la inversión realizada.

La ausencia de espacios teatrales en el país te obliga a estar constantemente viviendo el personaje, estarlo viviendo y pensando a diarioJorge Mateus Actor