Texas ofreció lo que a su juicio será la biblioteca pública del futuro, algo que se parece mucho a una tienda de productos Apple: filas de iMacs atrayentes y relumbrantes; iPads montadas en una colorida barra para invitar a los lectores; y cientos de otras tabletas esperando listas a quien tenga una tarjeta para utilizarlas.

Incluso, los bibliotecarios parecen imitar el código de vestimenta de los empleados de una tienda de Apple. Sin embargo, esta biblioteca de 2,3 millones de dólares podría resultar más notoria porque no tiene ni un solo libro tradicional.

Ello convierte a la BiblioTech del condado de Bexar en la única biblioteca pública de Estados Unidos sin libros, una distinción que ha atraído montones de bibliófilos, así como a emisarios desde tan lejos como Hong Kong que quieren aprender sobre la idea y posiblemente llevarla a casa.

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“Dije a nuestra gente que se necesita echar una mirada a esto. Esto es el futuro”, dijo Mary Graham, vicepresidenta de la Cámara Metropolitana de Comercio de Charleston, Carolina del Sur. “Si uno va a estar construyendo bibliotecas, esto es lo que uno necesita hacer”.

En los campus universitarios han existido bibliotecas completamente digitales desde hace años, pero el condado, el cual no opera otras bibliotecas, hizo historia cuando decidió abrir BiblioTech. Propuestas similares en otras comunidades se han topado con dudas.

En California, la ciudad de Newport Beach mantuvo a flote el concepto de una biblioteca sin libros en el 2011 hasta que el plan fue abandonado. Casi una década antes en Arizona, el sistema de bibliotecas de Tucson-Pima abrió una instalación totalmente digital, pero se impuso a fin de cuentas el deseo de los residentes, quienes dijeron que querían libros.

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Estructura

Está en la económicamente deprimida parte sur de Bexar y comparte un viejo centro comercial como edificio de gobierno del condado.