Rugen las motosierras, y uno a uno, caen estrepitosamente los árboles. Luis Andi, su hermano Jorge (nombres protegidos) y sus esposas están talando una pequeña parcela de bosque en la provincia de Orellana, en la parte ecuatoriana de la Amazonía. Esta vez, el objetivo principal de los indígenas quechuas es preparar la tierra para la agricultura, para que Jorge, un delgado joven de poco más de veinte años, pueda sustentar a su familia.














