El empeño de artistas y aficionados ha mantenido vivo el disco de vinilo en Londres, donde todavía uno puede llenarse los dedos de polvo ojeando portadas de viejos y nuevos álbumes, o pedir que le permitan oír un corte antes de comprarlo.

El Soho londinense fue siempre un barrio canalla, escenario de Mister Hyde, el hombre que encarnaba el lado oscuro del alma en la novela de Robert Louis Stevenson.

Hoy en día alberga muchas tiendas de ropa y también un puñado de almacenes de discos que atraen a aficionados del vinilo. Algunos son coleccionistas, otros nunca se adaptaron al sonido digital, otros quieren probar la experiencia.

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Sounds of Universe, en Broadwick Street, es una de esas tiendas, y tiene una buena clientela de discos de vinilo. “Siempre tuvimos compradores”, explicó Neal Birnie, un vendedor. “Aman el sonido, el envoltorio, sienten que están comprando algo más especial. Es más real que comprar una canción MP3” en internet.

Las ventas de discos de vinilo han alcanzado este año en Gran Bretaña su nivel más alto en una década, con 550.000 nuevos LP vendidos en 2013, según BPI, el organismo que reúne a la industria británica.

Si el ritmo de ventas se mantiene en lo que queda de año, podrían alcanzarse los 700.000 álbumes, la mejor cifra desde 2003. Sigue tratándose de un formato minoritario (0,8% del total de las ventas), pero cada vez más artistas recurren a él.

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Daft Punk, David Bowie, Arc-tic Monkeys, Paul McCartney, Pearl Jam, Arcade Fire y los Pixies han editado sus últimas obras en vinilo. “Estamos asistiendo a un renacimiento de los discos, ya no se trata de nostalgia sino de un formato que prefieren cada vez más”, dijo Geoff Taylor, director del BPI.

A finales del siglo XIX, Emile Berliner inventó los primeros discos que almacenaban sonido y que sustituirían a los cilindros. Los materiales fueron evolucionando hasta el vinilo y su dominio se extendió hasta mediados de los 80, con la llegada del disco compacto.

Parece en general un ejercicio de nostalgia, en Barcelona quedan pocas tiendas de música. Aficionados se concentran ahí Ester Castelló, dueña de Discos Castelló