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Ya se sabía que Hitler admiraba al compositor alemán Richard Wagner, pero muchos se sorprenderán al saber que el futuro dictador nazi se lanzó a la composición de una ópera.
Unas 500 estatuas del compositor alemán Richard Wagner, en colores azul intenso, morado o violeta, recuerdan en Bayreuth (Alemania) la multiplicidad de un músico revolucionario, del cual se recuerdan los 200 años de su natalicio.