La dolarización depende del flujo de divisas, advierte el ministro de Economía. Decisiones erradas de la Asamblea la pondrían en jaque. A pesar de estar en vigencia 24 años, aún no hemos aprendido a vivir con la dolarización. Aprovechamos sus beneficios, pero no nos atenemos a las reglas para que funcione adecuadamente.

Otra vez, ‘por la dolarización’

La dolarización nació respaldada por la bonanza de la renta petrolera. A la vez que dolarizamos, Gustavo Noboa logró vencer la resistencia de Petroecuador para que las contratistas petroleras construyan un oleoducto y saquen su petróleo. El mayor influjo de divisas petroleras estimuló el crecimiento económico. Luego Palacio y Correa confiscaron a las petroleras privadas, lo que fue pan para entonces, pero hambre para hoy, ya que se secó la inversión petrolera y hubo que pagar indemnizaciones. Cuando finalmente el Estado se anima a invertir en el ITT, el único campo productivo aún sin desarrollar, la Corte Constitucional se las valió para disponer su cierre inmediato y desmantelar la infraestructura. En tanto, Petroecuador no abre concursos para atraer inversión privada en la búsqueda de crudo. Ecuador tiene un privilegiado potencial petrolero que se esfuerza por desperdiciar.

Igual con minería. En el Ecuador se considera que la minería es perjudicial al medioambiente y podría motivar a los pueblos ancestrales a que se modernicen, siendo la prioridad de los que administran la ley que los pueblos indígenas se queden congelados en el pasado, por lo que se frena la inversión en sus territorios. Dejamos el camino libre a la minería ilegal que incumple las normas ambientales, laborales y tributarias.

¿Cómo financiar la ‘guerra’ y más?

Las exportaciones privadas están limitadas a productos en que tenemos ventajas competitivas, como camarón, banano, cacao, atún y flores, porque somos muy caros para producir otro tipo de productos. Esto se debe a la emisión de ecuadólares bajo el correísmo. La emisión monetaria sin respaldo genera inflación. Cuando se emite es moneda propia, el ajuste viene vía devaluación. Pero con moneda ajena el país debe pasar por un doloroso proceso de reducción de precios internos y estancamiento económico. El resultado: lo más dinámico es la exportación de mano de obra, las remesas de los emigrantes.

En dolarización los egresos se ajustan automáticamente a los ingresos. Como el sector público vive en expansión permanente con una burocracia gigantesca y sueldos superiores a los privados, devora los recursos de la economía privada y además requiere de crédito externo para sus gastos corrientes. Y ahora el pago del crédito externo se ha encarecido por el alza de las tasas internacionales de interés.

Todo esto significa que la presión es una salida neta de divisas que nos lleva al estancamiento. Este año la economía crecería menos que la población. Por lo que se requiere una drástica reingeniería del sector público para reducir su gasto corriente, mejorar el funcionamiento de las empresas públicas, abrir las puertas a la inversión represada no solo en petróleo y minas. El estancamiento puede revertirse, pero con unos actores políticos interesados en el colapso, otros que solo ven sus intereses de corto plazo y con una amplia mayoría del electorado que no capta lo que pasa, se cierne una tempestad que pueda forzar una desdolarización. (O)