Tremenda aflicción ha causado el deceso del profesor Carlos Falquez Batallas, indiscutible líder político costeño con merecimientos reconocidos en los medios sociales, económicos y deportivos que han expresado inmenso dolor por su partida. Sin embargo, es posible que se desconozcan sus virtudes en el ámbito agropecuario, razón de ser de esta columna. A no dudarlo, era uno de los pocos líderes ecuatorianos de raigambre nacional con clara conciencia agrícola que tanta falta hace, necesaria para la superación del Ecuador, convencido de la trascendencia de la agricultura y su rol fundamental para alcanzar el bienestar de la nación.

Esta especial aptitud del maestro y conductor de masas, digna de emulación general, se manifestó en hechos históricos que me voy a permitir recordar y resaltar que tienen relación con la defensa de la actividad bananera, un empeño entregado sin límites de tiempo y lugar particularmente desde la legislatura, tanto que se atribuye a su constancia, conocimientos y eficacia la promulgación de la vigente ley que rige a la actividad bananera, bien agrícola eje del crecimiento de la provincia de El Oro, que no habiendo visto la primera luz en ella, la acogió como propia a tal punto que su capital, la joya de su corazón, aceptada con toda razón como la capital bananera del mundo, la convirtió desde la Alcaldía que ejerció con lucimiento en una ciudad moderna, atractiva al turismo y a las inversiones productivas.

Rechazo a nuevas siembras de banano

Su fervor porque la norma se aplique, especialmente en la observancia del precio mínimo de sustentación para los agricultores, fue sin límites tanto que desde el ejercicio de la Gobernación provincial impuso su autoridad para que supuestos exportadores o transnacionales incumplidos respeten los niveles oficialmente establecidos. Utilizó para ello la fuerza de su imponente personalidad, protegiendo a los productores afectados ejerciendo su papel de fiscalizador legislativo para imponer orden a quienes se salían de la ley, sin importar su prominencia.

Falla control de sigatoka

Este es el modelo de conductor político que necesita el sector, que sea un convencido de la trascendencia agraria, que rinda culto a ella, que sea un convencido de lo fundamental que es preservar la noble fruta de los embates de enfermedades mortíferas que ponen en peligro su existencia, no controladas por ineficacias públicas que se manifiestan en todas las zonas de cultivo, donde se han perdido los controles fitosanitarios frente a la sigatoka negra y al llamado moko bacteriano, así como a la ausencia de convincentes acciones para detener la Fusariosis raza tropical 4. Falquez apoyó cambios radicales en las formas de manejo de patógenos fuera de control. Apoyó con tenacidad los planes de búsqueda de variedades resistentes que se deriven de las actuales Cavendish sin depender de materiales importados poco productivos y solo con limitada tolerancia.

Comportamientos como los demostrados por el ilustre fallecido son los que los agricultores reclaman para abandonar el ostracismo en que se encuentran, sin haber escuchado planteamientos concretos de los finalistas aspirantes presidenciales para revertirlo. (O)