Los medios de comunicación informan de la enorme cantidad de menores fallecidos en el último año a causa de enfermedades catastróficas por la falta de atención médica en los hospitales públicos del país, pues los mismos datos oficiales confirman las graves denuncias presentadas por los padres de familia sobre sus hijos que han perdido la vida en el país.

Pareciera que los miembros del Gobierno, especialmente en el campo de la salud, muestran una total indolencia ante esta difícil situación y no se preocupan, en lo mínimo, de brindar a los ecuatorianos atención al derecho tan vital como es el de la salud, consagrado en la Constitución de la República y las leyes vigentes. No se puede concebir tanta negligencia y quemeimportismo de quienes dirigen esta área y de quienes son administradores de los centros de atención hospitalaria, que se limitan solo a manifestar que se está trabajando para solucionar los problemas, pero no se ve solución. ¡Hasta cuándo el pueblo ecuatoriano tiene que seguir sufriendo por la ineptitud de gobernantes que no cumplen con sus obligaciones ni con las promesas que hicieron antes de ser elegidos para dirigir el país! Lo mismo sucede en los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, como el Teodoro Maldonado Carbo, de Guayaquil, que carece de todo, de medicamentos, la mayoría de sus quirófanos están dañados, sus equipos obsoletos y abandonados, su estructura en malas condiciones y sobre todo con un pésimo servicio a los afiliados, jubilados y sus familiares que tienen derecho a ser atendidos en su salud; pues para ello pagan aportes individuales, o patronales, a fin de financiar la prestación de este básico servicio y otras prestaciones que la ley establece. Es hora de protestar, el pueblo está pobre, enfermo, atribulado, olvidado... (O)

José Ignacio Gorotiza Véliz, profesor, periodista, Guayaquil