¿Por qué nací tan pálido? En la playa ni me tuesto ni me bronceo, me incendio. ¿Qué habría pasado si hubiese nacido negro? Michael Jackson hizo de todo para despintarse, mas de tanto desteñir, se volvió apátrida racial, papagayo étnico. A veces resulta difícil asumir lo que realmente somos.

El piano, medio diplomático, lleva 52 teclas blancas y 36 negras. Para muchos, negro es el color de la oscuridad, el pesimismo, el duelo, la muerte, para otros es el esmoquin, la limusina oficial. Blanco significa luz, pureza, virginidad. ¿Es la Inmaculada Concepción o la Virgen de Guadalupe? Aceptarían a un Cristo negro después de representarlo durante siglos como ario de pelo rubio y ojos azules? ¿Podrían imaginar a un Cristo patucho?

A los 17 años me enamoré de una martiniquesa, su apellido era Léger, lo que significa liviano, pero a mis padres les pareció pesada, se pusieron de hocico: “Los negros tienen un olor diferente”, sentenció mi abuelo. Los progenitores de mi enamorada tampoco mostraron entusiasmo: “Los blancos huelen a cadáveres”. Y eso que robaba el Roger Gallet paterno antes de acudir a mis citas. ¿Aquella agua de colonia habrá tenido tufo de finado? Sentí que se iba carbonizando nuestro árbol genealógico: “Tus ancestros estuvieron en la batalla de Azincourt en 1515”, recordó un tío, dato probablemente inventado por él. Mis amigos habían adoptado con entusiasmo a mi novia, la apodaban Chocolate. Era un eufemismo porque negro es negro y no marrón. “Tendré bisnietos café con leche”, lloriqueó mi abuela. Suponía, presumo, que los senos de mi amada darían expresso en vez de elaborar caseína. Chocolate tocaba Chopin y Liszt con la dulzura de un querubín, pero se me hizo notar que los ángeles negros habían sido expulsados del paraíso en compañía de Lucifer y sus pandilleros. Recordé el proverbio marroquí: “En la noche negra, sobre una piedra negra, una hormiga negra, pero Alá la ve”. Me separaron de Chocolate. ¿Habrá tenido hijos y nietos de color incierto? Quizás en algún lugar recuerda al chiquillo color de luna que ponía su mano sobre la de ella y decía. “¡Mira qué lindo se ve!”. Puedo aún oler su piel con toques de violeta. Corrió la historia, asesinaron a Martin Luther King, a otros los desterraron, los esclavizaron. Muchos viven en tierras donde, en vez de pan y agua, hay sida y hambruna. André Gide, en su Viaje al Congo escribe: “Cuanto menos inteligente es un blanco, cuanto más tonto le parece el negro”. En francés la palabra nègre es ofensiva, mientras el vocablo noir significa negro. “¡Mujer y negra: doble tragedia!”, clamó Alejandro Dumas.

Desde niño desayuné con Banania, un cacao que llegaba en caja de metal. En la etiqueta sonreía un negro de dientes níveos. El Tío Tom me enseñó el sentido de la compasión. Mi afición al chocolate tiene mucho que ver con la muñeca negra de ojos verdes que embadurnó de ternura mi adolescencia. Los negros, como negros, llevan un color que absorbe todos los rayos luminosos, es un privilegio que les dio, a lo mejor, algún dios que ama el jazz. (O)