Cuando las cosas andaban bien se atribuían todo el crédito, ahora que las cosas van mal, le endosan la culpa a otros.

El presidente Moreno dijo en 2007 desde Caracas que deseaba reproducir “los aciertos venezolanos”. Lo dijo en una visita para observar el programa Barrio Adentro y la red de mercados estatales, estos son los que ahora último tienen filas de cientos de personas esperando afuera y adentro, perchas vacías.

Ese mismo año, el premio Nobel de economía Joseph Stiglitz felicitó al gobierno de Hugo Chávez por sus “positivas políticas de salud y educación”. La polemista Naomi Klein en su libro de 2007 La doctrina del shock decía que Venezuela se había vuelto inmune a los shocks externos gracias a las políticas del “Socialismo del Siglo XXI” (SSXXI), las cuales habían creado una zona de “calma relativa y predictibilidad”.

Las celebridades, líderes políticos e intelectuales no se quedaron atrás. Oliver Stone, Sean Penn, Michael Moore, Jeremy Corbyn –actual líder del Partido Laboral del Reino Unido–, entre otros, hicieron el peregrinaje político a fotografiarse con el líder del SSXXI. El célebre Noam Chomsky dijo en 2013 que Chávez había realizado una “liberación histórica de Latinoamérica”.

Muchos de ellos empezaron a guardar un sospechoso silencio desde que Venezuela empezó a deslizarse cada vez más hacia el caos, llegando a una contracción económica y crisis humanitaria sin precedente en Occidente. Según el economista Ricardo Hausmann, el PIB per cápita de Venezuela ha caído en 40% en relación con 2013. Hoy Venezuela tiene una inflación anual de ¡1.213%!

Mientras Venezuela ya padecía una escasez aguda de productos básicos, hubo muchos que mantenían una fe empedernida en el SSXXI. Íñigo Errejón, de Podemos, en España, dijo en 2016 que “el aumento de la capacidad de consumo es un producto de la Revolución Bolivariana” y que, por lo tanto, las largas filas afuera de los supermercados en Venezuela se debían a que la gente tenía mucho dinero para consumir.

Ante los resultados negativos del socialismo, algunos de sus partidarios optan por pintarlos de rosa al estilo Errejón, otros por desconocerlo y algunos por guardar un silencio conspicuo como nuestro presidente (aunque funcionarios de su gobierno como la canciller María Fernanda Espinosa y la embajadora en Nicaragua Aminta Buenaño, continúan defendiendo abiertamente la dictadura de Maduro).

Al final de cuentas el SSXXI ha sido igual de desastroso que el socialismo del siglo pasado. Por si hay alguna duda de que lo que vemos en Venezuela es socialismo, considere los principios básicos que comparten todos los socialismos. Primero, sus principales pensadores no hablaban de democracia sino de la “dictadura del proletariado”. Segundo, no creían en el diálogo civilizado sino en la violencia de la “lucha de clases”. Tercero, el socialismo reniega de la propiedad privada. Cuarto, cree en la planificación centralizada de la economía. Los socialismos de todo tipo comparten estos principios y donde más fieles han sido a ellos, más desastrosos han sido los resultados de escasez, inflación, hambrunas, terrorismo de Estado, entre otras postales horrorosas de los socialismos del siglo XX que se esperaba que nadie tuviera que soportar una vez más. (O)