El portal digital de Ana Puertas Gimeno dice que la RAE (Real Academia Española) considera 80.000 palabras que tiene el idioma castellano (no lengua, que es el órgano del interior de la boca que usamos para comer, hablar), adicionando 70.000 términos americanistas a los cuales se añaden 30% más, en los diccionarios; es decir, que nuestro idioma bordearía unas 100.000 palabras distante del inglés, que según el Diccionario de Oxford contiene 350.000 términos.

Refiero dicho antecedente porque la variedad idiomática es amplísima; sin embargo, se han difundido tanto y por tanto tiempo palabras que etimológicamente tienen un significado distinto a la aplicación rutinaria que se les asigna; más grave es que consten hasta en constituciones y leyes. Menciono ejemplos, indicando el alcance semántico y contrasentido, según el Diccionario de la RAE:

La palabra alto, tiene 45 acepciones, muchas de las cuales darían razón para ser aplicadas como “alto porcentaje”, “alto funcionario”, etcétera, y en definitiva su real significado sería “de altura”. La palabra fondo, tiene 32 alternativas idiomáticas, la de mejor comprensión dice: “Parte inferior de una cosa hueca”. La palabra claro, consta de 33 posibilidades de aplicación, siendo las más entendibles “transparente” y “limpio”. La palabra nivel representa altura que algo alcanza, o a la que está colocado; tiene 7 acepciones, su mayor aplicación es para indicar la utilidad en lo nacional, regional, local...

Escuchamos a dignatarios de “alta” investidura política manifestar: “se aplicó a nivel nacional, los nuevos propósitos educativos”. Pero creo que la que más destroza el buen sentido idiomático es la trillada y mal aplicada frase “viveza criolla”, para describir un comportamiento alejado de principios éticos y morales; lo correcto debe ser “torpeza criolla”.

“Perlas” idiomáticas constan en nuestra actual Constitución y en algunas leyes de reciente promulgación. Enumero algunos contrasentidos idiomáticos constitucionales: “Alto”, se lee en los artículos 11, numeral 9; y 423, numeral 1, debió escribirse, “importante”. “Fondo”, artículo 436 numeral 2, debió escribirse “contenido”. “Claras, artículo 82, debió redactarse, “expresas”. “Nivel”, artículos 375 inciso primero, y 392, debió constar “jerarquías”; y en el artículo 438 numeral 2, debió suprimirse en su texto.

Vamos por la vida hablando, escribiendo, contrasentidos idiomáticos a pesar de tener más de 100.000 posibilidades de la frondosa lengua castellana, no española.(O)

Regina Zambrano Reina, doctora en Jurisprudencia, Guayaquil