Cuando veo, escucho o leo gente que sigue defendiendo y promoviendo el socialismo, a pesar de todos los desastres económicos que ha provocado a escala planetaria (diciendo por ejemplo: “esto no es socialismo sino simplemente populismo”; “no se ha llegado a implantar el sistema tal como lo propusieron Marx y Engels”; “lo que se vivió en la antigua URSS y Europa del Este no era trotskismo sino stalinismo”; “Cuba es pobre por culpa del embargo norteamericano”; “Venezuela tiene problemas a causa de la guerra económica de poderosos grupos oligárquicos empresariales”; “Corea del Norte es una potencia militar”...; y otra serie de incoherencias y falacias de ese estilo; me surgen dos interrogantes: ¿o son gente aferrada sentimental y fanáticamente a esa violenta ideología; o son personas que tienen la intención de esclavizarnos para solo ellas, los miembros del partido político único, beneficiarse y llevarnos hacia “un camino de servidumbre” (parafraseando al gran economista liberal austriaco Nobel de Economía 1974 Friedrich Hayek)? ¡No encuentro otra explicación!, dado que la vía del progreso y el buen vivir se encuentran en la libertad económica como lo testifican documentadamente los casos de países que han conseguido una “visa al desarrollo”.(O)

Pablo Zambrano Pontón, economista, Quito