La inmigración es la entrada de persona o grupo de personas de un lugar a otro lo que establece el cambio de residencia temporal o permanente. La emigración es la salida de personas de un país, región o lugar para dirigirse a otro destino en busca de nuevas oportunidades.

A raíz de la Segunda Guerra Mundial la más grande emigración fue la italiana; se erradicaron en Estados Unidos y en países de América Latina como Argentina, Venezuela, Ecuador, Brasil. Más de 60 millones son descendientes que nacieron y procrearon donde se radicaron, continuando sus apellidos italianos en nuevas generaciones. Muchos de estos inmigrantes hicieron que países como el nuestro se convirtieran en prósperos y productivos, trayendo conocimientos europeos para beneficio del comercio, la agricultura y nuevas tecnologías en la industria.

Estados Unidos de Norteamérica es el país que mayormente ha recibido inmigración de todas partes del mundo e inclusive en el estado de la Florida, donde la población cubana constituyó un fuerte desarrollo para esa región. Otros países que promueven la inmigración actualmente son Canadá, Australia, Israel y Nueva Zelanda, que les permiten permanecer para cubrir puestos de trabajo local o bajo acuerdos multilaterales.

Pero ¿qué pasa con la inmigración ilegal? Esta también puede volverse un importante desarrollo productivo en las regiones agrícolas e industriales, de la construcción u otros, la diferencia salarial, la excesiva carga horaria sin reclamos laborales por estar indocumentados generan explotación, ingresan a esos países pagando a las mafias de tráfico de personas con el fin de trabajar en labores que los nativos se resisten en hacerlas.

En Ecuador, a raíz de la crisis financiera del año 1999, más del 15% salieron por problemas económicos a España, Estados Unidos, Italia, Venezuela y Chile, dejando a sus hijos al cuidado de sus parientes, la mayoría, e inclusive profesionales tuvieron que trabajar como meseros, lavando platos, cuidadores de carros, en servicio doméstico o cuidando ancianos, con la finalidad de enviar parte de su salario para ayudar a sus hijos o parientes que se quedaron en sus lugares de origen.

Muchos progresaron a base de esfuerzo y sacrificio, consiguieron tener sus casas propias como se ve en las provincias de Cañar y Azuay sin retornar, debido a que tienen asegurado su lugar de trabajo donde han inmigrado. Últimamente en el país se ha generado, por la crisis económica, la falta de empleo, la corrupción y la inestabilidad política, que los ecuatorianos vuelvan a pensar en emigrar especialmente a los Estados unidos en busca de nuevas oportunidades laborales y de educación, en especial la gente joven y los adultos jóvenes que han sido separados de sus cargos por diferentes motivos en empresas públicas y privadas. El presidente electo, Donald Trump, detalló como plan de gobierno las deportaciones y persecuciones masivas a los inmigrantes indocumentados dentro del territorio estadounidense e inclusive manifestó la construcción de un muro que separe México de Estados Unidos, suspenderá los empleos que atraen a los emigrantes indocumentados con bajos salarios.

Los políticos que aspiren a la Presidencia de la República del Ecuador, conscientes de la grave crisis de ofertas de empleo que existe actualmente en el país, deben formular propuestas económicas para tranquilizar la angustia y desesperación en que se encuentran nuestros ciudadanos que están pensando en emigrar a algún país donde les ofrecen oportunidades laborales; deben los aspirantes ser claros en sus propuestas de campaña, dejando a un lado el interés político. (O)