Jorge Lanata se encuentra en Guayaquil y el alcalde distinguió al visitante, por su larga y valiente trayectoria como defensor de la libertad de expresión, información y de la prensa independiente. También había anticipado que era una forma de homenajear a la libertad.

Lanata fue calificado por el diario El País como referente del periodismo latinoamericano y azote del kirchnerismo. Su estilo provocador desnudó la política argentina y la corrupción del entorno de poder. Tiene una interesante visión del periodismo. Por ejemplo, encuentra que es incompatible con el concepto de revolución que proclaman gobiernos como Ecuador, Argentina, Venezuela y Bolivia, pues para sostener ese discurso precisan el monopolio de la opinión. Asimismo ha detectado que el poder no soporta el ridículo. Asegura que a los que están en el poder “no les importa que les digan ladrones, les importa que te rías de ellos”.

A los Kirchner los ubicó desde su columna, radio y televisión, como un grupo de derechas que utiliza la dialéctica de izquierdas para sus protervos fines. Los comparó con el chavismo de allá, de aquí y de otras partes. Coincidimos con el periodista, pues hemos advertido que el denominador común en estos regímenes es la audacia. Doblan la apuesta todo el tiempo y cuanto más arrinconados están, más doblan (parafraseando a Lanata).

La revista argentina Noticias, en el 2015 situó a Jorge Lanata en primer lugar dentro del ranking de los 100 periodistas más influyentes para los argentinos. Identificado en otros medios como un fenómeno que investiga en Argentina los oscuros rincones de la política desde hace décadas. Su rastreo de “La Ruta del dinero K” logró abrir procesos judiciales contra la expresidenta Cristina Fernández. El periodismo de Lanata sintoniza con la ciudadanía que pide continuar con las investigaciones sobre corrupción y por ello ha sugerido destituir a diez de los doce jueces federales de esa nación (¿por su servilismo al Ejecutivo?). Sus advertencias sobre la corrupción son válidas en todas partes. Los ecuatorianos debemos tener muy presente una: “La corrupción es como el ruido del aire acondicionado. Lo escuchas una vez que se enciende, pero después te vas acostumbrando”. Está ocurriendo en nuestra sociedad, a la vista de fortunas que no tienen explicación y por lo que un lector –Marco– me planteó la necesidad de una ley de extinción del patrimonio mal habido.

El homenaje al argentino es coherente con el esperanzador mensaje que transmite: el periodismo de investigación, información y opinión continúa abriendo ojos sobre los focos de corrupción en los tramados del poder, en todos lados. En Ecuador tenemos nuestros propios referentes y una deuda con ellos, también perseguidos y denostados, en las personas de los periodistas Palacio, Vera, Ortiz, Jijón, Bonilla, Ochoa, Calderón, Zurita, Coronel, Hinostroza, Cortez, Puertas, Villavicencio, Valdiviezo, Pinoargote, Hernández, Aguilar, Pallares, Dotti, Oquendo, Rosero, dentro de una lista más extensa.

Los guayaquileños nos enorgullecemos de haber nacido en una ciudad con vocación de libertad y viene bien el reconocimiento a Lanata, como una renovación de votos para defenderla. Por ello la iniciativa del alcalde es adecuada. Hace poco hizo justicia con María Josefa Coronel. Seguramente pronto se extenderá a los demás. (O)