Nuestra invitada

La relación entre arte, cultura y cohesión social puede considerarse uno de los mayores desafíos a los cuales se enfrentan las sociedades en la actualidad.

Los esfuerzos se centran en encontrar los medios que aseguren una convivencia social en territorios donde las fronteras culturales son cada vez más diversas y confusas. Muchos textos y autores hablan sobre variadas identidades artísticas y culturales que emergen en sociedades posmodernas y que influyen en la armonía, convivencia, bienestar y desarrollo de las sociedades.

Centraré este artículo de opinión en el rol del arte dentro de la cultura para lograr cohesión social, como componente íntegro de empoderamiento que mejora la calidad de vida de los ciudadanos.

Sí, en nuestra ciudad converge una complejidad diversa de actores sociales, es decir, es un espacio enriquecido por una pluralidad de ideas, valores y necesidades manifestadas en términos de presión social, política, económica y cultural. La cultura se constituye en un factor activo que afecta de numerosas formas al desarrollo humano. Es algo que se levanta de forma espontánea entre las comunidades y es el mejor antídoto para el aislamiento, la desolación y la fragmentación social, características de sociedades posmodernas.

Convirtiéndose la cultura en un eje transversal que le da sentido a la realidad que nos rodea, lo que nos define como individuos y lo que nos relaciona y diferencia de los demás, podemos considerar que es justamente dentro de ella que se encuentran nuestros principios, deseos y perspectivas futuras.

Por tal razón considero que el arte también se constituye en instrumento importante para el desarrollo de la cohesión social, el fortalecimiento del capital social y sobre todo para la conectividad entre los diversos colectivos que forman parte de una ciudad pluricultural.

A través de las diferentes manifestaciones artísticas se crea un sentimiento compartido de pertenencia, se forman colectivos solidarios entre diferentes grupos y generaciones.

Es menester concebir más organizaciones artísticas culturales que beneficien a las comunidades de una manera en que las instituciones educativas difícilmente podrían.

Una serie de estudios demuestran que en aquellos territorios donde existe presencia de instituciones artísticas culturales hay una mejor relación entre los diferentes colectivos pluriculturales que permanecen en el lugar, se percibe también una actividad comercial estable a través de microemprendimientos, y se logra un entorno favorable que dinamiza las interacciones personales y colectivas, logrando cohesión y sentido de pertenencia.

El arte se constituye en una herramienta que estimula la creatividad en todas sus dimensiones; la creatividad es un recurso con alto potencial de desarrollo y cada comunidad posee un alto capital creativo, el cual se encuentra inmerso entre sus miembros de forma tangible e intangible.

Existen múltiples aspectos del arte dentro de la cultura de cada territorio que pueden favorecer a su desarrollo económico y social, es preciso descubrirlos y potencializarlos. Que permitan fortalecer la acción social con nuevas formas de organización, participación y empoderamiento social y político

¿Por qué no utilizar el arte como estrategia vital de inclusión, participación ciudadana y desarrollo humano? (O)