Ayer, en Buenos Aires, miles de mujeres participaron en un paro de protesta contra la violencia de género y para visibilizar la desigualdad. Tomaron esta decisión después de la violación y posterior asesinato de una joven de 16 años. Las consignas eran #VivasNosQueremos y #NiUnaMenos. El paro duró una hora y las participantes eran, principalmente, parte del personal de empresas privadas y públicas. Con esto querían, además, demostrar la importancia de las mujeres en la vida productiva de la nación.

La violencia contra la mujer no se produce solo en ese país, es un mal universal y por eso la lucha para eliminarla también debe serlo. Cuando una mujer es víctima de violencia por ser mujer, ese hecho ofende y denigra a la humanidad, porque es manifestación de control y poder sobre la dignidad, la libertad, la sexualidad de las mujeres.

En Ecuador, según datos oficiales del 2014, el 54% de las muertes violentas de mujeres fue por femicidio.

Las argentinas han dado un ejemplo y merecen la solidaridad de hombres y mujeres, y la mejor manera de manifestarla es educando para erradicar el machismo y aplicando la justicia para que los agresores no queden en la impunidad. (O)