Leí con sumo interés el artículo de monseñor José Mario Ruiz Navas en EL UNIVERSO del sábado 4 de junio. Como aborda el tema de la mujer en la Iglesia católica, tema que me interesa y que he intentado profundizar a lo largo de los años, voy a permitirme plantear otra manera de ver y sentir sobre la misma temática.

No creo tener la razón, sino parte de razón para ir completando el mosaico de que nos acerque a la verdad.

Los temas religiosos son difíciles de abordar, pero aprendí en Azerbaiyán, en la reunión por la paz en la que participé, que no hay que temer plantearlos para hacer un mundo más inclusivo. Pues gran parte de las guerras son justificadas en nombre de Dios y la concepción que de él se tiene.

Como las expresiones religiosas son muy importantes para una mayoría de la población mundial, intentar que las mujeres (casi siempre relegadas a escuchas sumisas de verdades sobre Dios que los hombres exponen) aporten sobre el rol que les asignan y su comprensión del misterio infinito es también contribuir a cambios necesarios y fundamentales.

En la tradición judeo cristiana el rol de la mujer casi siempre ha sido diluido. Se habla de Moisés, el gran guía de su pueblo, pero sin la madre que no obedeció las órdenes del faraón, las parteras que arriesgaron su vida al no matarlo, la hermana que lo sigue hasta saber qué sucede con él, la hija del faraón que lo rescata, no tendríamos al liberador del pueblo de Israel.

Dentro de la Iglesia católica se afirma que Jesús es hijo de María y del Espíritu Santo, por lo tanto, el Jesús de la cruz es el cuerpo de María transformado a lo largo de los años. Jesús es el único sacerdote, y María es el vientre materno de la eucaristía. Si la misa es el ofrecimiento de Cristo al Padre en la cruz, históricamente quien lo ofreció en la cruz fue María y las otras mujeres. De los varones solo estaba Juan. Los demás apóstoles habían huido…

El sacerdocio ministerial, como sacramento, se establece tarde en la Iglesia primitiva. Las celebraciones se hacían en las casas, y presidía la persona mayor. La Biblia menciona a varias mujeres que fundaron y sostuvieron iglesias domésticas, Ninfa con Filemón o Priscila con su esposo Aquila. Lidia en Filipo, Junia, que después llaman Junio… Febe, encargada de la Iglesia en el puerto de Corintio.

Durante la Guerra Fría, varias mujeres fueron consagradas sacerdotisas por obispos en Hungría, pues la comunidad se podía reunir en sus casas sin levantar sospechas del régimen comunista, que sabía que solo los varones eran sacerdotes. Celebraron misa, pero cuando el peligro pasó ya no les permitieron seguir haciéndolo.

Personalmente, no creo que lo más importante de la fe católica radique en determinar quién preside una eucaristía.

Nos dijeron que fuimos creadas de una costilla del hombre, que somos responsables del mal en el mundo, esos mitos han contribuido y no poco a la doctrina oficial de la sumisión de la mujer al varón en nombre de Dios, al mundo de jerarquías y competencia en el que estamos sumergidos. Dios no tiene sexo ni género y todos somos una chispa de ese inmenso amor que él es. En la medida que el amor gobierne nuestras vidas, seremos imagen de su imagen. (O)