La Atrazina es un compuesto utilizado como herbicida cuando se hidroliza con el cloruro cianúrico. El tiempo de vida de la Atrazina en los cultivos va de los 4 a los 12 meses, dependiendo de la dosis empleada y la temperatura ambiental. La dosis letal media es de 1,78mg/kg en ratas. Por su mecanismo de lixiviación se pueden almacenar y ser detectadas en aguas subterráneas; Estados Unidos clasifica a este pesticida de uso restringido y la Unión Europea prohibió su uso y comercialización. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer clasifica a la Atrazina en categoría 3 no clasificable como cancerígeno en humano y la Agencia de Protección Ambiental la clasifica en el grupo C como posible cancerígeno.

En dosis sucesivas produce intoxicación, lo cual altera la síntesis de las catecolamina, norepinefrina y dopamina desde las células neuronales, observando depresión del sistema nervioso central, daño renal, hepático y coagulación intravascular diseminada, fiebre, alteraciones neuromusculares, ataxia, insuficiencia respiratoria severa y muerte tanto a los humanos como a los animales. En un estudio de perspectiva en Salud Medioambiental publicado en julio del 2012 titulado ‘Biomarcadores urinarios de exposición prenatal a Atrazina’, asociaron este herbicida con restricción del crecimiento fetal y pequeña circunferencia de la cabeza, junto con el Metolaclor que es otro herbicida, ambos pesticidas son usados en algunos países de Latinoamérica.

En Brasil, los ríos Piracicaba en el estado de Sao Paulo se encuentran contaminados por este herbicida; el Gobierno está utilizando un método con cáscara de la banana para su descontaminación que ha resultado exitoso en ciertas zonas. Pero también en dicha zona el municipio brasileño de Piracicaba ha liberado un ejército de millones de mosquitos transgénicos machos de aedes que portan un gen letal que se les inyecta en su estado embrionario en el laboratorio de Oxitec, para combatir las enfermedades del dengue y chikungunya, siendo utilizado anteriormente en Panamá, Malasia y Bahía, lo cual afirma dicha empresa de Syngenta que a su vez es parte de Monsanto, que dichos mosquitos transgénicos son seguros en los seres humanos y en el medioambiente.

Estos mosquitos fecundan a las hembras salvajes de dicha zona y generan hijos que están programados para morir antes de alcanzar la edad reproductiva. Debido a que son mosquitos transgénicos, estos duran 3 o 4 días y deben ser diseminados tres veces por semana en batallones de 250 mil desde vehículos que recorren la zona tratada. Este plan piloto fue subsidiado por la misma compañía, ya que no tenía aprobación de la agencia brasileña de vigilancia sanitaria. En inicios de este año, Brasil con la presencia del virus del Zika reporta en 684 municipios en 21 estados brasileños, más de 3.893 casos sospechosos de bebés nacidos con microcefalia que podrían ser causados por el virus del Zika u otro agente infeccioso, siendo el primer caso confirmado en el Municipio de Piracicaba en una embarazada y 224 casos confirmados en el momento de la malformación. No hay reporte de casos en otro país del mundo de microcefalia por virus del Zika.

La Organización Mundial de la Salud advierte precaución a las embarazadas en áreas vulnerables epidemiológicas. Se deben controlar los herbicidas y pesticidas que sí están demostrados científicamente pueden producir intoxicación y provocar efectos teratógenos y cáncer, que el Ecuador no sea conejillo de Indias para experimentos de transgénicos cuyos efectos adversos son a veces peligrosos porque alteran el ecosistema. (O)