Calificar el arte y medir la ciencia parecerían dos extremos dentro de los cuales los seres humanos buscamos estar equidistantes, pero en realidad no debemos verlo como polos opuestos; son diferentes caras de un mismo volumen que como prisma reflejan la cultura de una sociedad.

Durante el año 2014 pudimos acercarnos a manifestaciones en la música, la pintura, el teatro, la danza, el análisis estético, la conjunción de las ciencias con las artes, en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) que tiene 56 años y nos brindó la oportunidad de valorar también el sentido económico y social, y que las comunidades que se acercan al arte tienen bienestar. Dio presentaciones con artistas nacionales y extranjeros, conferencistas en análisis socioeconómicos en la influencia de la pintura, música, danza y teatro para el desarrollo de la sociedad en su riqueza biocultural, antropológica... El bienestar y el arte están unidos en salud mental y física, generación de ideas, desarrollo de proyectos culturales, crecimiento en general. Cuando los planes académicos a nivel gubernamental e institucional se deslizan sobre rieles culturales y artísticos, el reflejo en la sociedad se siente. El presupuesto general del Estado debe solventar estos aspectos, basta comparar estadísticamente a largo plazo los logros de los países en su PIB (Producto Interno Bruto) con las políticas culturales que cimentan sus estructuras e inversiones. Que la Espol, gestora de acontecimientos culturales, siga en el 2015 con sus programas, y nosotros a nivel privado y público, emulemos sus manifestaciones que enriquecen.(O)
Francisco Febres Cordero Reyes,
Economista, Guayaquil