Hace un año escribí un artículo titulado ‘¡Feliz Navidad!, a pesar de la aduana’, en el que explicaba que a los ecuatorianos nos cuestan más los regalos porque la aduana tiene el trabajo de impedir que ingrese riqueza al país. El consumidor se enriquece cuando consigue una “ganga” (dentro o fuera del país) y toda traba al comercio lo que hace es impedir ese enriquecimiento. Casi un año después de que se implementaran las restricciones a las importaciones hemos vivido una Navidad que parecía ser solo para ricos. Una amplia gama de productos importados que se estaban volviendo asequibles para una creciente porción de la población de repente se han vuelto muy costosos.

Veamos solo unos ejemplos salientes de lo absurdamente caro que se ha vuelto hacer de Papá Noel en Ecuador. ¿Su hija le pidió la muñeca de la Princesa Sofía? En una de las principales jugueterías se vendía a $ 60,89, mientras que en Amazon.com se vendía a tan solo $ 20,99. ¿La Barbie en bicicleta con su hermanita menor? Se vendía a $ 50, mientras que en Amazon cuesta solo $ 23,95. ¿Una Minnie Mouse que gatea? Se vendía a $ 76,90 aquí, mientras que en Amazon cuesta solo $ 33,47. Pero esto es algo bueno nos dicen algunos, porque “así se fomenta la producción nacional”. Además, seguro las empresas nacionales de juguetes que aumentaron su producción considerablemente, a costa de la reducida competencia con la oferta extranjera, tuvieron una linda Navidad.

Ahora comparemos el costo de otros populares regalos navideños. ¿Una camisa polo de marca para papá? Las camisas polo marca Ralph Lauren se vendieron aquí entre $ 126 y $ 151; si compraba dos, la segunda le salía con 40% de descuento, pero eso implica que usted es alguien que puede gastar $ 201 en dos camisas polo. Pero tiene que dolerle gastar eso si sabe que las mismas camisas se venden en RalphLauren.com por entre $ 36 y $ 90. A nivel mundial los precios de la ropa y de los zapatos están cayendo de manera marcada, pero usted no lo creería si se pasea por un centro comercial en Ecuador.

Sigamos. ¿Le compró un perfume a su mamá? Consideremos el CH de Carolina Herrera, el frasco más pequeñito se vendía aquí en una de las perfumerías más importantes en $ 127, mientras que en Google Shopping podemos ver que se vende en 33 tiendas en internet exactamente el mismo perfume por entre $ 40 y $ 79.

Pero nos dicen que todo esto es algo que debe celebrarse porque “¡aleluya! ¡Tenemos superávit en la balanza comercial!”. Además, ahora tenemos una “pujante” industria nacional de juguetes, calzados, textiles. ¡Bienaventurados sean los empresarios que están dentro de las industrias bendecidas con los privilegios que se reparten en Quito!

¿Y el consumidor? Después de tanta compra seguro le provocó comer algo rápido en el patio de comidas. Usted y yo nos podremos quejar de la carne en las hamburguesas y los nuggets de pollo que nos venden ahora en McDonald’s y Burger King. Pero no sea egoísta, piense en las empresas nacionales bendecidas por el proteccionismo. Tal vez así le empezarán a gustar más la hamburguesa y los nuggets nacionales.

Esta Navidad los ecuatorianos tuvimos menos opciones y pagamos más por estas. El objetivo del desarrollo no debería ser una balanza comercial interpretada como el marcador de un partido de fútbol, sino el progreso de los individuos. ¿Es progreso tener menor libertad para elegir y pagar precios artificialmente más altos? (O)