Tengo un sueño: Guayaquil en el 2030, la ciudad, su entorno y su gente.

La ciudad es así: un funicular lleva al cerro Santa Ana; desde el Faro uno puede caminar ahora hasta el Cristo. Los viejos tanques de agua fueron reemplazados por el monumento al Bicentenario, adonde los escolares acuden con sus profesores de historia a las 5 a.m. para ver la luz radiante que raya en el oriente. Las antenas desaparecieron, ahora están dentro del edificio más alto de la ciudad, en forma de lanza, para representar el arma de Santiago, patrono de Guayaquil. El arzobispo es guayaquileño, el primero desde el siglo XIX.

Los cerros de Bellavista hasta San Eduardo, pasando por El Paraíso y los del Javier, se han convertido en parque forestal, lleno de miradores, donde las familias pasean, trotan y bicicletean.

En la entrada este de la ciudad, un letrero marca 3’165.109 habitantes y cada 72 segundos se incrementa en 1. Las intersecciones de vías por km² se han reducido en 22% en 10 años, gracias a ordenanzas; también bajó la cantidad de vehículos por minuto que coinciden en intersección. No hay buses, solo Metrovía y STE (Sistema de Transporte Elevado).

La zona noroeste: Fortín, Monte Sinaí, etcétera, llegó a 450 mil habitantes; aunque llena de lomas, al menos está pavimentada y con servicios básicos y es atravesada por el nuevo anillo perimetral: Chongón - Nuevo Túnel - Fortín - Penitenciaría - 6º Puente sobre el Daule. Sin embargo, la mayoría de la población nueva está alrededor de la vía a la costa, ahora de 8 carriles y con conexión al aeropuerto de Daular, inaugurado en el 2024. Hay 2 balnearios en el Salado oeste y paseos en lanchas a través de manglares y garzas. Un viaducto con tramos elevados conduce al nuevo Puerto de Aguas Profundas en Posorja y se prolonga hacia Playas.

En lo productivo, Guayaquil ha vuelto a ser la capital mundial del camarón y del cacao, pero sobre todo ha desplazado a Suiza y Bélgica como origen del mejor chocolate del mundo. La nueva variedad CEGF-7753 junta productividad con el aroma de “Arriba” que antes sedujo a la familia Mars.

La zona rural tiene lindos lugares. Hay huecas gourmets en Cerecita y Progreso, marisquerías en el Morro y comida típica en Tenguel, a donde se llega más rápido por el puente Sur, que por fin dejó de ser promesa presidencial. Hay hosterías en Puná con programas familiares que incluyen pesca y avistamiento de delfines en el estuario.

El otro boom es ‘La Ciudad del Conocimiento’. Después del fracaso de Yachay, por su enfoque burocrático, la Espol logró atraer a fundaciones internacionales y empresas especializadas en Data Science, Analytics y Business Intelligence, con lo cual Guayaquil es la sede regional donde se fabrican modelos matemáticos y estadísticos para los sectores empresariales, crediticios, salud y gestión pública, redes sociales y optimización agrícola. La asignación de servicios municipales y la lógica de planificación territorial se hacen ahora con modelos.

El domingo 6 de octubre del 2030 se llevará a cabo una consulta popular para reemplazar la república centralizada por una Federación con Capital rotativa, como en Suiza; los unos ya no podrán escoger el modelo de vida de los otros, y peor quedarse con sus impuestos como ahora.