Estimado Dr. Black:

Soy un simple economista ecuatoriano que conoce bien la economía ecuatoriana por haberla vivido y analizado. Usted tiene gran reputación internacional en el campo de fraudes y corrupción en los mercados financieros, de la que nadie duda. Pero en días pasados (¿traído por el Gobierno?), usted habló del “milagro ecuatoriano” (ojo: expresión muy fuerte que no se puede aplicar por simple inspiración), y me sorprendo al leer su CV. Entre sus valiosos escritos no hay uno solo sobre desarrollo, macroeconomía o Ecuador. ¿Qué tanto es su conocimiento como para dar una charla pública sobre el tema (no sé si dirigida a un público de convencidos, convenientemente escogidos, o hubo debate)? Por eso me permito compartir algunas dudas, que quizás me pueda comentar (naturalmente agradeceré una respuesta suya, no de sus amigos del Gobierno).

1) ¿Crecimiento? El promedio de los últimos 7 años es del 4,3%, inferior a los 7 años anteriores, 4,5%. Muy similar a los últimos 30 años. Esto, a pesar de un entorno único con bajos intereses internacionales, muy alto precio de nuestros commodities, incluyendo petróleo y un dólar depreciado. Ciertamente, hubo la crisis del 2008, pero el real impacto en Ecuador fue de pocos meses.

2) ¿Disminución de la pobreza? Ciertamente, está muy bien. Pero la disminución es similar o incluso inferior a la registrada en años anteriores, y bastante similar a la de una buena parte de los países del continente.

3) ¿Grandes inversiones? Ciertamente, está muy bien. Pero quiero señalarle que en el anterior boom petrolero de los años setenta se hizo algo muy similar: más escuelas y centros de salud, ampliación de la red de carreteras, impulso a la electrificación, incluyendo centrales hidroeléctricas y el gran proyecto Paute. ¿Fue esa época otro milagro?

4) ¿La renegociación de los contratos fue esencial en el incremento de ingresos petroleros? Ciertamente no es despreciable, pero el efecto principal proviene del aumento de los precios. Incluso la renegociación generó una baja de la producción efectiva y proyectada.

5) ¿Menciona usted la inversión privada? Solo le señalo que (aunque el Banco Central no publica cifras específicas) según algunas fuentes se ha estancado, o incluso disminuido, frente al PIB. ¿Razones? Incertidumbre, sobrerregulación, sobrecontroles, excesivos costos para emprender.

6) ¿Una democracia de buena calidad? ¿Aplica ese calificativo cuando todos los poderes están en manos del Gobierno? ¿Cuándo los juicios que al Gobierno le interesan se mueven a velocidades sorprendentes y el resto apenas avanza? ¿Cuándo la ley de Comunicación abre espacios muy peligrosos para el control estatal, mientras el propio poder, desde las alturas, dice lo que en gana le viene sobre hechos y gente sin ninguna posibilidad de frenarlo?

7) ¿Conoce la expresión “maldición del petróleo” o “enfermedad holandesa”? Es peligroso y se aplica directamente aquí: mala calidad de la política, costos altos que dificultan la producción, elevada dependencia de la sociedad frente al “Estado salvador”, clientelismo, “rent seeking”.

Con su respuesta me sentiré como ecuatoriano muy satisfecho de saber que su opinión (“milagro ecuatoriano”) tiene sólidos fundamentos, caso contrario, concluiré que su visita solo tuvo fines propagandísticos… como en tantos casos.