“Eso nos dificulta porque los detenemos y salen enseguida”, lamentó un policía al referirse a que muchos de los ladrones que roban en los buses o a quienes van en carros particulares a los que se acercan, haciéndose pasar por vendedores de caramelos o agua, son menores de edad.

Hay sectores de la ciudad donde son claramente identificados por quienes habitan allí, los describen con claridad: “Llegan solo un momento con unas funditas negras medio vacías y con maletas, esos son los que arranchan celulares en los semáforos”.

Policías en motocicletas patrullan algunos de los sectores clave y las personas del barrio dicen que desde que se realizan estos operativos la delincuencia ha decrecido. Sin embargo, es necesario que los jóvenes que son detenidos sean ayudados con un serio programa de rehabilitación, antes de volver a la calle, porque de otra manera, solo se logrará que los ladrones se cambien de barrio.