El presidente Correa reveló que incorporará el Ecuador a Mercosur, pero que solicitará flexibilidad en la aplicación del Arancel Externo Común (AEC). Previamente negociará un acuerdo con la Unión Europea.

Añade que los análisis técnicos coinciden en que ambos acuerdos son inconvenientes, pero minimizó la importancia de los estudios.

En nuestro criterio, el acuerdo con la Unión Europea es indispensable, mientras que el acuerdo con Mercosur tendría consecuencias deplorables.

En el mercado de la Unión Europea, las ventajas unilaterales de las que gozan nuestras exportaciones expiran con el 2015. Como la Unión Europea tiene un arancel muy proteccionista, nuestros productos estrella pasarán a pagar un arancel elevado para ingresar a Europa, mas no los de nuestros competidores amparados en acuerdos comerciales.

El banano ecuatoriano ya paga un arancel más elevado en Europa que el de nuestros competidores. En el 2012 perdimos participación en el mercado.

Al Mercosur, debido a los acuerdos vigentes, nuestros productos entran sin mayor arancel, aunque muchos enfrentan restricciones paraarancelarias. La adhesión no redundará en incremento de las exportaciones.

Mercosur tiene un elevado arancel que protege sus materias primas, productos intermedios y bienes de capital. Como el Ecuador no los produce y son necesarios para nuestra producción industrial, los importamos con arancel cero. Bajo el AEC de Mercosur los costos de importación para nuestra industria subirían, costos que se pasarían al consumidor.

El secretario de Planificación, Fander Falconí, ve positivo que la adopción del AEC del Mercosur genere 675 millones de dólares en recaudaciones arancelarias. Ese valor es lo que tendrían que pagar las empresas para importar insumos, costos que nos pasarán a los consumidores. La política comercial no debe responder a objetivos fiscales.

El presidente reveló que hay oposición dentro de su gobierno al acuerdo con Europa. Como él no puede dedicarse a la política comercial, es de temer que para cuando el Ecuador deba formalizar su ingreso a Mercosur, no haya concluido el acuerdo con Europa. Cuando estemos en Mercosur, se cierra la puerta a una negociación independiente con Bruselas.

Mercosur y la Unión Europea negocian un acuerdo de libre comercio desde 1999, acuerdo que en reportaje reciente El País califica de “esquivo”. En Argentina hay resistencias. Brasil está a favor, pero como el real se revaloriza por el influjo de dólares mientras el euro decae por la crisis, y la industria brasileña compite con la europea, no sería de extrañar que Brasilia favorezca mantener congeladas las negociaciones. En cuyo caso nos quedaríamos sin acuerdo con la Unión Europea.

El presidente declara que le molesta la oposición politizada a ingresar al Mercosur. A este columnista le gustaría que el Ecuador profundice el comercio con Argentina y Brasil. Pero ninguno de los dos muestra intención de abrirse a nuestros productos.

A pesar de que vendemos a Mercosur sin restricciones arancelarias, en el 2012 incurrimos en un déficit comercial de 1.323 millones de dólares. Por cada dólar que exportamos a Brasil y Argentina importamos cinco. Con el ingreso a Mercosur el desequilibrio será aún mayor.

Europa, en cambio, es nuestro mayor mercado.

Sí a Europa, y a Mercosur después, solo si muestra flexibilidad respecto a la adopción del Arancel Externo Común.