El presidente Daniel Noboa asignó como única función para la vicepresidenta Verónica Abad ser colaboradora para la paz y precautelar el escalamiento de la conflictividad entre Israel y Palestina. Para el cumplimiento de esas funciones la vicepresidenta se debe trasladar a la oficina de la embajada del Ecuador en Tel Aviv.

Hasta el día de la posesión de ambas autoridades, se conocía que la vicepresidenta se iba a concentrar en “velar por los migrantes ecuatorianos” y agilizar procesos de reunificación familiar, además de fortalecer relaciones con países del Caribe y África.

En un comunicado de la Secretaría de Comunicación de la Presidencia (Segcom) se señala que esta decisión representa “un hito histórico que marca un precedente sobre el significativo compromiso del Ecuador con la paz internacional” y subraya la determinación del Gobierno para promover la estabilidad en una región afectada por conflictos prolongados.

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La decisión de asignar esta única función a Abad fue oficializada mediante la suscripción del Decreto Ejecutivo número 27.

“Ecuador es un país de paz, esta designación expresa la responsabilidad que la nación tiene con la resolución pacífica de conflictos y nuestro apoyo a los esfuerzos internacionales por alcanzar la estabilidad en áreas afectadas por tensiones”, refiere la Segcom.

Además de la función que le asigne el mandatario, Abad debe por ley reemplazar a Noboa en el caso de ausencia temporal o definitiva o en caso de destitución del presidente.

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En el último tramo de la campaña presidencial se vio a la actual vicepresidenta distante de Noboa y lo mismo tras el triunfo lo que generó especulaciones. Al ingreso a la Asamblea Nacional, al evento de posesión, un periodista le preguntó si tiene buena relación con Daniel Noboa y ella respondió con un “sí”.

Otra muestra de distanciamiento se pudo ver en la forma en que procedieron ambas autoridades tras la posesión, cada uno tomó un rumbo distinto. El presidente Noboa se trasladó al Palacio de Carondelet, en el centro histórico de Quito, donde tuvo un almuerzo protocolario con alrededor de 600 invitados. Mientras, Abad no participó en ese acto. En su lugar, se dirigió al mercado Iñaquito, ubicado en el norte de la capital, para compartir un almuerzo con vendedores y trabajadores del centro de abastecimiento, quienes la recibieron con euforia y organizaron un evento artístico. (I)