En una entrevista con la agencia EFE, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, se refirió acerca de la situación que se da en Ecuador y su lucha contra los grupos de delincuencia organizada.

“Lo que está sucediendo en Ecuador es una demostración de los riesgos que tiene la combinación fatal entre corrupción y crimen organizado”, señala Arévalo, un reconocido académico progresista cuya llegada a la Jefatura del Estado de Guatemala promete, según coinciden todos los analistas, un cambio significativo en la trayectoria política del país.

“Tenemos que entender que la corrupción no es un problema de mala administración de fondos públicos, sino un problema para la seguridad de un país por la vía de la amenaza a sus instituciones”, comenta en relación con el acoso a las democracias que soportan algunos países de América Latina, especialmente en Ecuador.

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Guatemala también enfrenta desafíos significativos en materia de seguridad ciudadana, pero con una problemática de violencia y crimen organizado específica.

Bernardo Arévalo, investido presidente de Guatemala hasta el año 2028 tras una accidentada transición

“El perfil de inseguridad que tiene nuestro país es combinado, distinto al de los otros países de la región”, explica el mandatario guatemalteco, cuya Administración proyecta “desarrollar estrategias específicas para cada uno de estos problemas”.

Arévalo hace estas declaraciones el mismo día en que el Ministerio de Gobernación lleva a cabo un megaoperativo en la cárcel de Pavón, el mayor centro penitenciario del país, con un 387 por ciento de sobrepoblación, en el que participaron 1.500 agentes de la Policía Nacional Civil y unidades especializadas del sistema penitenciario.

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El objetivo es “hacer una requisa de equipo electrónico, que es el que permite que las bandas de extorsionistas operen desde dentro de los penales”, detalla el presidente.

“De la misma manera, estamos trabajando en reforzar el control de las fronteras para recuperar el espacio perdido frente a las bandas del crimen organizado, incluidas las de narcotraficantes, y evitar el contrabando que entra el país de manera sistemática”, agrega.

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Arévalo también indicó que su país no ha tenido gobiernos consevadores sino corruptos.

“Decirles conservadores es hacerles un favor. Nosotros no hemos tenido gobiernos conservadores, nosotros hemos tenido gobiernos corruptos que se han disfrazado de ideología”, asegura el flamante presidente guatemalteco, quien hace doce días asumió el cargo tras una tumultuosa transición de cinco meses que casi deriva en un golpe de Estado.

El apoyo por parte de la comunidad internacional contrapesó el hostigamiento de una parte de la élite política, judicial y empresarial del país hacia Arévalo y su partido, el Movimiento Semilla, surgido de las protestas contra la corrupción de 2015 que desembocaron en la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, posteriormente condenado a 16 años de cárcel y actualmente en libertad bajo fianza. (I)