Los habitantes del valle de los Chillos, ubicado en el oriente de Quito, han vuelto a hacer pública su denuncia sobre el desorden generado por carros mal estacionados en el sector cercano al parque metropolitano La Armenia.

Esta situación afecta principalmente a aquellos que residen en la zona donde se encuentra una escuela de formación policial, siendo los familiares de los aspirantes quienes frecuentemente acuden a este lugar.

Marco Estupiñán, uno de los afectados, expresó la impotencia que sienten los ciudadanos ante esta problemática. Según sus palabras, es indescriptible lo sucias que quedan las calles y veredas debido al desorden ocasionado por los vehículos mal estacionados.

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“Se está generando un desorden en todo el sector, da pena por el barrio que no tenía estos problemas”, agregó.

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Las denuncias también se han extendido a través de redes sociales, donde varios usuarios han compartido su preocupación.

Uno de ellos solicitó la presencia de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) al destacar que en la calle Sebastián de Benalcázar, cerca de la entrada del parque La Armenia, los vehículos se estacionan en ambos lados de la vía, provocando congestión vehicular y aumentando significativamente los tiempos de espera.

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Marco Estupiñán habló de la necesidad de desalojar la Gualberto Arcos, una calle transversal junto al parque metropolitano La Armenia que también usan los conductores.

Indicó que, a pesar de la presencia de letreros que prohíben el estacionamiento, los vehículos continúan ocupando el espacio, generando problemas adicionales, como el uso de la calle como “baño público, acumulación de basura y presencia de vendedores ambulantes”, lo que dificulta la circulación por la zona.

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Ante las denuncias, este Diario se comunicó con la Agencia Metropolitana de Control (AMC) y la AMT, instancias que aseguraron que pasarán la inquietud a los equipos operativos para que realicen el control respectivo.

Sin embargo, los ciudadanos han pedido que este control se mantenga durante varios días, ya que los infractores suelen regresar minutos después de ser retirados, dando la sensación de burlarse de la autoridad. (I)