Gabriela Sommerfeld, ha desarrollado su actividad empresarial entre el tema aéreo y el hotelero con gran éxito. Ella cuenta cómo pasa de ser una madre a tiempo completo a sacar adelante la empresa de su padre Aerogal y posteriormente su gran proyecto inmobiliario Le Parc, del cual es su gerente general, que está por inaugurarse en el último trimestre del año. Ella es incansable, nunca se detiene, aunque por un corto periodo tuvo que guardar cama por casi seis meses debido a una grave enfermedad.

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¿Cómo está el último proyecto en el que ha estado trabajando que es el proyecto inmobiliario Le Parc?

Está hermoso el proyecto que lo vamos a entregar el último trimestre del año. Ya está avanzada su estructura en su totalidad, y estamos próximos a ingresar con los acabados. Se trata de un éxito comercialmente hablando. La ciudadanía aceptó bastante bien este concepto de un edificio lleno de tecnología para el uso eficiente del agua y de la energía, con servicios hoteleros incorporados 24/7 para la residencia e incluso dentro del proceso constructivo. Va a ser una pequeña joya que será un punto obligado de visita en Quito.

¿Cómo empieza su carrera y trayectoria en el ámbito empresarial que ha transitado entre la aviación y el hotelero?

Antes yo era una feliz mamá de tiempo completo, pero por circunstancias en mi vida debí empezar a trabajar y desarrollarme profesionalmente. Yo estudié publicidad, finanzas y marketing. A partir del marketing, como se debe aprender buena estructura de costos, tener una excelente operación, me tocó meterme en las áreas técnicas y financieras. Así es como me gusta hacer las cosas: no me gusta solo dirigir el ritmo con la batuta, sino entender cómo toca cada instrumento. Luego asumí la presidencia de Aerogal y esta absorbe a VIP. Luego Avianca compra Aerogal. Cuando nace mi tercer hijo decido dejar todo lo que tiene que ver con aviación. Estuve con mi bebé cerca de un año en casa, pero luego pongo mi empresa de marketing estratégico. Ahí ayudo a ingresar capitales de empresas internacionales en el Ecuador, ayudo a empresas a introducir productos en el Ecuador, creación de nuevas empresas, transformación de cultura de servicio al cliente. Nómbreme la industria que también estuve ahí. Pero en 2015 tengo un corte de salud importante.

¿Qué pasó?

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Quedo inhabilitada de hacer todo tipo de actividad, pues estuve mucho tiempo en terapia intensiva, casi seis meses en cama, sin fuerzas ni de abrir los ojos. Se me necrotizó el abdomen por causa de una bacteria hospitalaria. Fue un quebrando de salud muy fuerte. Pero el día que abro los ojos recibo la invitación a liderar la empresa de turismo y marketing de la ciudad de Quito y yo feliz. Era lo mío.

Pero no se dio tiempo para descansar, no paró pese a este momento tan difícil…

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No, yo no descanso. Fueron seis meses y estuve obligada a estar en cama mientras se me cerraba mi abdomen y me recuperaba de haber sobrevivido a una de las bacterias más fuertes que puede atacar al ser humano. Y ahí me puse a trabajar para la promoción de la ciudad. Se hizo bastante, dándole un nuevo giro de visión y revertimos la tendencia. Pero otro quebranto de salud en mi familia me lleva a hacerme cargo de otros negocios de la familia: el hotel Le Parc y una empresa de energía renovable. Cuando tomo el Hotel, en 2017, empiezo a desarrollar la idea del nuevo hotel. Esto requiere mi atención 24/7 y esto paralelamente con el diseño de plan de negocios, obtención de certificaciones, pusimos a volar a la nueva línea aérea Ecuair.

¿Cuál fue el rol o el legado que le deja su papá en el tema aéreo?

Yo estaba en mi maestría, y seguía siendo mamá a tiempo completo, pero los profesores exigieron que los trabajos que hacíamos ya no podían ser en equipo, como veníamos haciendo en las empresas de otros compañeros, y que debía hacer trabajos en mi propia empresa. Ahí me la complicaron porque yo no trabajaba. Mi empresa era mi familia. Le pido a mi padre que me ayude. Es cuando hago el plan de marketing de Aerogal, que mi padre había adquirido en el 2002. Cuando vi la empresa, lo primero que le dije fue: “no sabes lo que compraste, no hay mucho en esa empresa”. No estaba bien estructurado el departamento de ventas, tenía fallas, empezando porque los aviones no volaban y estaban en tierra. Tener aeronaves ociosas o en tierra es el peor error que puede hacer una aerolínea. Mi padre me dijo ven dos horas diarias, pero no me alcanzaba el tiempo y fui cuatro horas, seis horas y llegué a trabajar 20 horas diarias. Yo tomo Aeorgal cuando no tenía pasajeros para volar, pero cuando la vendo ya dominaba la red de rutas en Ecuador, tenía vuelos internacionales, tenía excelente participación en el mercado doméstico. Así se vendió una compañía muy sólida a Avianca.

¿Cuál es el secreto del éxito entonces, o ha tenido también algún fracaso?

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No todos los proyectos han sido exitosos. Por ejemplo invertí en un negocio de transporte terrestre de carga, entramos con una franquicia de la empresa colombiana, empezamos bien acá, pero la empresa quebró en Colombia y la filial del Ecuador tuvo que cerrar. Otro proyecto que no prosperó fue con una amiga que me pidió apoyo para desarrollar y traer una tecnología para tercera edad. Eran unos aparatitos que llevaban colgado en el pecho y la persona podía timbrar para que le asistan de manera inmediata. Esta tecnología estuvo adelantada en su tiempo. Pero no quiere decir que esto sea malo. Sobre las que sí fueron un éxito, el secreto es la dedicación, estar en el detalle, hacerlo con mucho corazón. Rodearse de gente capaz que conoce la parte técnica de la industria y tener esta habilidad de compartir con el equipo humano la visión la pasión, el amor sobre lo que se hace. El equilibrio es la firmeza con respeto. Uno necesita un equipo humano comprometido y capacitado. Las empresas deben tener grandes seres humanos.

¿Tiene previsto nuevos proyectos a futuro?

Se tiene proyectos a futuro en mente y que se les dará vida a mediados de los próximos años. Pero la prioridad es culminar con éxito la construcción, entregar a los residentes y empezar a operar de manera exquisita el mejor hotel del Ecuador.

¿Cómo se van sorteando los temas políticos en un país tan inestable?

Yo creo que cada actor de la sociedad debe tener claro su rol. El rol del empresario debe ser desarrollar de manera eficiente y consciente el tema productivo del país. Cuando uno entiende que es empresario y no político sigue una línea de buscar el beneficio para un bienestar superior. Particularmente si me gusta tener estabilidad, algo que se pide a los políticos, pero finalmente quienes invertimos en Ecuador creemos en el Estado ecuatoriano, es decir en el país. Lo que se pide es que haya políticas de desarrollo de largo plazo. Pero como nada es estático, las empresas deben ser resilientes, deben aprender a adaptarse. La prueba más grande que supera a cualquier cambio político en el país fue el Covid, y la gran mayoría de empresas supieron ser resilientes, lograron salir adelante.

¿Ha sentido que el tema de ser mujer le ha significado algún problema en el mundo empresarial?

Yo nunca sentí que el tema de género me tenía que preocupar. Nunca he sentido que por ser mujer me fue mejor o no. Claro que he tenido un par de impases, a estas alturas de mi vida, he sentido que no es del gusto de muchos caballeros, que una mujer diga para dónde caminamos. Pero no ha sido impedimento para seguir con mi visión.

Aunque tiene tantas ocupaciones, ¿se da tiempo para otras cosas, tal vez hobbies?

A mi me gusta apoyar gremialmente, me gusta ver siempre la perspectiva global, en vez de lo individual y particular. Es importante estar en organismos que tienen representatividad de muchos actores. Actualmente me muevo en varios directorios de Cámaras, incluido Pacto Global. Creo mucho en cómo se plantea el desarrollo global a través de la introducción de tecnología de disminuir brechas, crear oportunidades, nutrición de niños, de buen uso de recursos (agua, energía). Apoyar temas de nutrición de niños, buen uso de los recursos, creo en esas iniciativas. Si veo que me suma, yo me sumo. De ahí tengo mis tres hijos y si me gusta compartir con ellos. Y ahí es cuando vienen los hobbies. A mi hijo pequeño y al mayor les gusta el golf y nos divertimos, aunque soy muy mala.

¿Y no ha pensado en ingresar a la política?

No tengo tiempo y sí muchas obligaciones. No está en mis planes, no lo he pensado. (I)