El acuerdo comercial llamado de ‘fase 1’” entre Ecuador y Estados Unidos (EE. UU.) causó preocupación en un grupo de congresistas de ese país.

Ambas naciones, el pasado 8 de diciembre, suscribieron el documento, que no depende de la aprobación del Congreso, sobre facilitación del comercio y administración de aduanas, buenas prácticas regulatorias, anticorrupción, y pequeñas y medianas empresas.

En una misiva enviada a Robert Lighthizer, titular del Departamento de Comercio de EE. UU., 22 congresistas sostienen que Ecuador es un importante socio comercial y es un actor económico, diplomático y estratégico clave en América Latina, pero que se deben tener en cuenta varias cuestiones bilaterales.

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Aducen que Ecuador tiene una “larga historia de deforestación y participación en prácticas pesqueras nocivas, que hay una legislación que permite a empleadores desentenderse unilateralmente de sus obligaciones, recortar salarios y reducir horas de trabajo”.

Además, que no ha reforzado la libertad de asociación ni las leyes que prohíben el trabajo forzoso e infantil.

Otra inquietud es la respuesta del Gobierno ecuatoriano a las protestas del 2019.

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Para Felipe Ribadeneira, de la Federación de Exportadores (Fedexpor), debe haber un acercamiento con quienes firman la carta para aclarar aspectos como el de la pesca y su nueva ley laboral. También con las autoridades comerciales que se posesionarán en enero.

El presidente Lenín Moreno dijo: “No quisiera decir que esa carta está plagada de errores, porque sería descortés de mi parte con los asambleístas demócratas, pero por lo menos está llena de imprecisiones... Me da la sensación de que los congresistas están un tanto mal informados”. (I)