En una ceremonia solemne en la iglesia San Cayetano de Chone, el monseñor Vicente Saeteros recibió el nombramiento de obispo auxiliar de Portoviejo. Además se impuso el palio arzobispal a monseñor Eduardo Castillo, obispo de la Arquidiócesis de Portoviejo.

La ceremonia estuvo presidida por autoridades de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) y de la Comisión Episcopal de Liturgia.

La ordenación del obispo Saeteros estuvo a cargo del monseñor Eduardo Castillo, arzobispo de Portoviejo; monseñor Andrés Carrascosa Coso, nuncio apostólico en Ecuador, quien también impuso el palio arzobispal a Castillo.

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Hubo gozo entre los invitados, tanto religiosos como laicos, pese a la solemnidad de la eucaristía.

"Es nuestra intención, querido hijo, confiarte esta misión ya que en el ejercicio del ministerio pastoral has acumulado dotes del corazón y experiencia que te hacen apto para asumir el ministerio episcopal. Por eso oído el consejo de la Congregación para Arzobispos y por nuestra autoridad apostólica te constituimos obispo auxiliar de la comunidad eclesiástica de Portoviejo", fueron las palabras de Castillo.

Luego de que todos los presentes cantaron las súplicas letánicas, los obispos –encabezados por el arzobispo Castillo– hicieron en silencio la imposición de manos sobre el nuevo obispo auxiliar. El acto siguió con la imposición del libro de los evangelios sobre la cabeza del elegido, que fue sostenido por diáconos mientras el arzobispo de Portoviejo decía la plegaria de ordenación.

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Finalmente, Castillo hizo la unción con el santo crisma sobre la cabeza de Saeteros, quien luego recibió el Evangelio y las insignias, como el anillo, que simboliza su alianza con la Iglesia; la mitra, signo de la plenitud del sacerdocio recibido; y el báculo, que representa su misión de buen pastor y de la labor pastoral que realizará en la Arquidiócesis.

También se realizó un reconocimiento por los 25 años de vida sacerdotal de los presbíteros: Larry Bowen, Jesús Pincay, Agustín Alcázar, Cristóbal Kudlawiec y Darío Miasik. (I)