Miles de catalanes partidarios de que su región permanezca en España festejaron ayer el Día de la Hispanidad, la fiesta nacional del país, marchando por Barcelona con banderas españolas y catalanas y coreando “soy español”, en medio de una de las peores crisis políticas del país debido al desafío independentista de Cataluña.

En Barcelona, la capital catalana, miles de personas –algunas con el rostro pintado con los colores rojo y amarillo de las banderas nacional y catalana– marcharon a una plaza céntrica al grito de “Viva España”.

“Ahora sentimos que los años de amenazas de los separatistas se han convertido en un intento por normalizar la división social”, dijo Juan José Garde, un funcionario jubilado de 63 años que se unió por primera vez a una marcha por la fiesta.

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La consigna de la manifestación era “Cataluña sí, España también”, significando el apoyo a la autonomía de la región, pero dentro del país.

Dos pequeños grupos se enfrentaron mientras ocurría la marcha, arrojando sillas desde la terraza de una cafetería, pero la principal manifestación –liderada por grupos de la sociedad civil que se oponen a los esfuerzos separatistas en Cataluña– continuó sin interrupción.

Otra protesta separada de unos 200 seguidores de grupos de extrema derecha y nacionalistas españoles finalizó en el cerro Montjuic de Barcelona con discursos y la quema de una bandera independentista.

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Mientras tanto, en Madrid, efectivos militares y policiales desfilaron frente al rey Felipe VI y políticos nacionales y regionales.

Uno de los aviones que participaron en el desfile se estrelló cuando regresaba a su base. El piloto murió.

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En tanto, de acuerdo con un informe de la organización Human Rights Watch difundido ayer, la Policía abusó de la fuerza al enfrentar a manifestantes el pasado 1 de octubre, durante el referendo separatista. (I)