Por distintos motivos, de los 281 días corridos ya de este año, el vicepresidente Jorge Glas suma 133 sin ejercer a plenitud su cargo. Es decir, un total de casi cuatro meses y medio repartidos entre dos licencias sin remuneración, el retiro de sus funciones y las recientes vacaciones que sacó para defenderse de las acusaciones de corrupción en el caso de la constructora brasileña Odebrecht.