Aun sin funciones, Jorge Glas es vicepresidente de la República y, como tal, el trato que recibe en la Cárcel 4 es especial.

Anteayer por la noche partió desde la base aérea Simón Bolívar de Guayaquil, donde tiene su domicilio principal. Abrazó a sus allegados. Se despidió. Hubo fotos y videos.

A las 23:01 aterrizó en Quito en un avión blanco de la Fuerza Aérea (FAE) y desembarcó en la sala protocolar del aeropuerto Mariscal Sucre que –al igual que la base de Guayaquil– está reservada para autoridades.

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La Policía acordonó el lugar –por donde no pasaba nadie a esa hora–, debido a los protocolos de seguridad.

Pasaron seis horas desde que el juez nacional Miguel Jurado dictó la prisión preventiva y el momento en que Jorge Glas cruzó la puerta gris que separa a la avenida La Prensa y los cerca de 60 presos que pagan sus penas en la Cárcel 4; entre ellos, policías condenados por la insubordinación del 30 de septiembre de 2010.

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Para la llegada del vicepresidente, su enemigo confeso el exministro Carlos Pareja Yannuzzelli, sentenciado por corrupción en el caso Petroecuador fue llevado de allí a la prisión de Latacunga.

La Cárcel 4 es un centro de detención pequeño, rodeado de papelerías, tiendas de barrio..., ubicado en un extremo de Cotocollao, en el norte de Quito.

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No podemos dejar de contemplar la seguridad a la que (Glas) tiene derecho como vicepresidente que sigue siendo y, en esa línea, procurar que sea la escolta la que le dé seguridad inmediata... (Él) está solo, en una celda bien pequeñita; no hay espacio para otra persona.Rosana Alvarado, ministra de Justicia

Desde que Glas ingresó estuvo custodiado por miembros de la escolta de seguridad de la Vicepresidencia de la República.

La ministra de Justicia, Rosana Alvarado, confirmó ayer del grupo de protección dentro de la cárcel. “No podemos dejar de contemplar la seguridad a la que tiene derecho como vicepresidente que sigue siendo”, dijo.

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Según la funcionaria, la Cárcel 4 no es una penitenciaría. Detalló que cuenta con un pequeño patio, pero que no tiene talleres ni pabellones. Sin embargo, informó que Glas “está solo, en una celda bien pequeñita”. Y subrayó: “No hay espacio para otra persona”.

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Los policías de la diminuta garita, una caseta de madera sobre la vereda, apenas respondieron que los días de visita son, exclusivamente, los sábados. Pero, en la mañana, Glas recibió la visita de su abogado Eduardo Franco Loor, de su hermano Heriberto y de otras personas, de las cuales no se dieron a conocer sus identidades.

Eduardo Franco, al salir del sitio, comentó que su cliente pidió vacaciones por dos meses para defenderse y no dio más detalles. Este Diario preguntó a la Vicepresidencia sobre la justificación legal, pero no hubo respuesta.

El vicepresidente Jorge Glas no está inhabilitado de su cargo, por eso ha hecho uso de sus vacaciones mientras dura la prisión preventiva... Ha trabajado desde el 2013 (inicio de su primer periodo como vicepresidente), sin descanso y sin tomar vacaciones.Eduardo Franco Loor, abogado defensor del vicepresidente Jorge Glas

Sin embargo, en la Ley Orgánica de Servicio Público se contempla que todo funcionario tiene derecho a 30 días de vacaciones anuales pagadas después de 11 meses de servicio continuo.

La norma aclara que este derecho no podrá ser compensado en dinero, salvo en caso de cesación de funciones; que las vacaciones podrán ser acumuladas hasta por 60 días y que se conceden días imputables siempre que no excedan los días a los que los funcionarios tengan derecho al momento de la solicitud. Si el servidor abandona su trabajo sin justificación por tres días podría ser causal de destitución. ¿Por qué ese tiempo? Franco solo dijo: “Porque Jorge Glas ha trabajado desde el 2013 (inicio de su primer periodo como vicepresidente), sin descanso y sin tomar vacaciones”. (I)