Los dedos ásperos, pero ligeros, de la mujer shuar se deslizan rápidamente, mientras las pequeñas pepas se abren paso y dejan la sustancia espesa y color anaranjado, que envuelta en pequeñas hilachas constituyen la parte comestible de la fruta silvestre Kumpía, que envuelta en la hoja de bijao y puesta a la brasa con sal es una de las variedades de ayampaco que se oferta en Nangaritza.

Chiqui Yankur Sukangá, oriunda del caserío Tzarum, de la comunidad Santa Elena, cantón Nangaritza, explica paso a paso los secretos y creencias que giran en torno a su cultura ancestral, informa el portal elmercurio.com.ec.

Dice que la diferencia entre el ayampaco y el maito es que el primero es asado y el segundo cocido; se hacen de pescado, pollo y Kumpía, acompañados de palmito o también de hoja de yuca picada. Cada envoltura se hace usando tres hojas para evitar que al asar se quemen y dejen al descubierto el alimento, el amarrado lo hacen con los cogollos más tiernos del hacho o morete, o también con las tiras del tallo de las mismas hojas de bijao.

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Relata que en la cultura shuar había creencias como el hecho de pensar que si una mujer comía el cogollo más tierno del palmito llamado Tunshi Tunshi, antes de los 20 años, afectaba a su capacidad de poder hacer bien la chicha, mientras que al hombre lo volvía inútil para la cacería, por ello eran privados de ese alimento hasta que cumplan la edad requerida.

Estos saberes fueron transmitidos al público el fin de semana, en una serie de actos que se cumplieron en el marco de la realización del II Festival de la Chonta y la Culebra, desarrollado en el cantón Nangaritza, provincia de Zamora Chinchipe.

Parte del festival fue la feria-exposición de derivados de la chonta. Rocío Molina, quien está incursionando en la elaboración de harina de chonta, asegura que se pueden hacer sopas, tortas, coladas y destacó el alto contenido de nutrientes de la fruta, lo que la hacen uno de los productos nutritivos más completos de la Amazonía. (I)

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Más datos
Comida

La chonta
De 150 libras de chonta fruta se obtienen unas 60 libras de harina; la chonta de Zamora Chinchipe se come cocida o para hacer la harina, porque no es seca como la de Morona Santiago y otras provincias amazónicas.