El papa Francisco celebró una misa en “el santuario de los nuevos mártires”, en la que allegados de víctimas de genocidios contaron sus testimonios en la iglesia de San Bartolomé en Roma, en la isla Tiberina, donde la Comunidad de San Egidio se ocupa del Memorial de los mártires del siglo XX y XXI.

Con algunos instantes de oración en silencio, la tarde del sábado pasado, el santo padre inició la homilía de recordación de las víctimas.

El fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, ofreció breves palabras de agradecimiento al pontífice por “haber venido como peregrino al santuario de los nuevos mártires”, recordando que ese día (sábado) era “el aniversario del secuestro” de dos obispos de Aleppo, “quienes rezaron en esta iglesia”, citó el portal Zenit.

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Le siguieron lecturas del evangelio seguidas de tres testimonios de familiares de algunos cristianos asesinados.

El primero fue Karl, hijo de Paul Schneider, pastor de la Iglesia Reformada, asesinado en 1939 en el campo de Buchenwald por haber denunciado que el nazismo tenía objetivos “irreconciliables con el mensaje de la Biblia”. Luego, Roselyne, la hermana del sacerdote francés Jacques Hamel, asesinado el 26 de julio de 2016 por extremistas islámicos, recordó la paradoja de quien nunca quiso ser protagonista y que en cambio dio un testimonio al mundo.

Aquí el pontífice tomó de las manos a Roselyne al consolarla por la muerte de su hermano y le habló en voz baja.

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El tercer testimonio fue de Francisco Hernández, amigo de William Quijano, joven salvadoreño, asesinado en el 2009, líder de las Escuelas de la Paz que ofrecía a jóvenes una oportunidad alejada de pandillas. “Su culpa fue soñar un mundo sin violencia”, dijo su amigo, citó Zenit.

Los cantos, uso de incienso y velas fueron parte de la ceremonia, en la que el papa precisó que la Iglesia sobre todo necesita “mártires, testimonios, santos de todos los días que llevan la vida ordinaria adelante con coherencia, pero también de quienes tienen el coraje de aceptar la gracia de ser testimonios hasta la muerte”.

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“Ellos son agraciados por Dios”, y “sin ellos la Iglesia no puede ir hacia adelante”, dijo.

Al finalizar la homilía, el papa pasó por las seis diversas capillas donde encendió velas, inició en la de las víctimas del nazismo, luego por la de América Latina y concluyó en la de los martirizados por el comunismo. (I)

Apuntes
Ceremonia

Sobre refugiados
Francisco describió algunos centros de refugiados de Europa como “campos de concentración”, donde muchos de ellos son campos de concentración, (...)abandonados a los pueblos generosos que los acogen, que tienen que sacar adelante este peso porque los acuerdos internacionales parecen ser más que los derechos humanos”.

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San Egidio
Es una comunidad de laicos fundada en 1968, hoy presente en más de 70 países.